La cuarta edición de los premios de la Fundación Abogados de Atocha de CCOO de Madrid ha sido para las mujeres de los presos del franquismo, que recibieron este merecido reconocimiento en el acto de homenaje a Javier Sauquillo, Luis Javier Benavides, Enrique Valdelvira, Serafín Holgado y Ángel Rodríguez, en el 31 aniversario de su asesinato por pistoleros de ultraderecha.

Fue emocionante ver sobre el escenario a 60 mujeres mostrando orgullosas su diploma, cantando La Internacional y recibiendo una sincera ovación. Era sólo una pequeña representación de todo un colectivo que estuvo siempre al lado de tantos maridos, novios, hermanos, hijos, etc., todos ellos presos políticos. Mujeres que, según el poeta Marcos Ana, eran como «enredaderas humanas que pasaron media vida pegadas a las paredes de las cárceles».Nadie se olvidó de las que no pudieron estar físicamente por no poder desplazarse, estar enfermas o haber muerto ya. Natalia Gabalón y Carmen Conill re-cogieron el galardón –una reproducción en bronce de «El Abrazo», de Juan Genovés- en nombre de todo el colectivo. Se lo entregaron el secretario general de CCOO de Madrid, Javier López, el presidente de la Fundación Abogados de Atocha, Alejandro Ruiz-Huertas, y Dolores González, abogada que, como Alejandro, sobrevivió a Atocha, 55.
«Hemos jugado un papel importante y nos debemos sentir importantes», explicó, intentando contener las lágrimas, Natalia, que recordó que hicieron «cosas increíbles» porque eran capaces de estar unidas. A su compañera Carmen la emoción apenas le permitió decir unas palabras.
Alejandro Ruiz-Huertas les dedicó su cariño porque en estas mujeres –dijo- «está la clave de la construcción de la democracia en España»
El documental sobre las mujeres en la Transición «Eramos pocas», hecho por alumnos de la Univer-sidad Complutense de Madrid, también se sumó al homenaje.
«Convertir la memoria en futuro»
Un año más los Abogados de Atocha recibieron el calor de todos, con un recuerdo especial para los que nos han dejado en los últimos tiempos, Luis Ramos y Miguel Sarabia. Este último dará nombre a un mirador en el parque de Paradolongo, como anunció el director de la Fundación, Raúl Cordero. Una plaza de la Ciudad de Justicia llevará también el nombre de los Abogados.
«Su memoria está asegurada», afirmó Javier López, porque la mantienen «viva» CCOO, el PCE, IU y la Fundación Abogados de Atocha, que nació «para convertir la memoria en futuro».
En un acto tan cargado de emociones como de intervenciones, también se homenajeó a los letrados del despacho laboralista de la calle de la Cruz y a la oposición birmana, galardonada con el premio internacional Abogados de Atocha de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Antes, como cada 24 de enero, habían tenido lugar la visita a los cementerios de Carabanchel y San Isidro y la ofrenda floral frente al despacho. Esta vez las coronas se colocaron junto a una nueva placa en el monumento «El Abrazo», en la plaza de Antón Martín, donde volvieron a escucharse los gritos de «Atocha, hermanos, no os olvidamos».