SALARIOS Y CRISIS (II): LA VERSIÓN NEOCON

octubre 27, 2009

Los neocon son la versión post-morten del pensamiento económico neoclásico. Algo así como el hijo póstumo de aquellos que creían que el mercado ajusta automáticamente la oferta y la demanda, regulando sin problemas los precios y la cantidad de productos. El mercado es perfecto y ajusta incluso los salarios a las condiciones del mercado.

La crisis del 29, esa de la que tanto hablan cuantos buscan precedentes de la crisis actual en el pasado, puso de relieve que el mercado no lo controla todo. Keynes formuló una teoría, de la que más adelante daremos cuenta, que contribuyó a entender qué estaba pasando y poner en marcha medidas para solucionarla.

Pese al avance que supuso Keynes, en los años ochenta, vuelven a surgir los teóricos de la autorregulación y las bondades del mercado. Son los neoliberales, que en lo político dan lugar al pensamiento neoconservador. Los Reagan, Tatcher, Bush, dan amparo político a esos economistas, ganadores a veces de premios Nóbel, que anuncian que el mercado se autorregula correctamente. Si eso no ocurre el problema son siempre los trabajadores. Sus sindicatos, las leyes que protegen a los trabajadores, la propia negociación colectiva, que debería ser sustituida por pactos individuales entre iguales: un trabajador que necesita un empleo para vivir pacta con una multinacional sus condiciones de trabajo. A todas luces un pacto entre iguales. De nuevo todo se reduce a adaptar lo laboral al mercado.

Combatir el poder contractual de los sindicatos es esencial para los neoconservadores. Aguirre y sus ataques a los “liberados sindicales” es un excelente ejemplo neocon. El fruto tardío y provinciano de un pensamiento acorralado por la crisis, pero no extinto. Un cadáver andante, un muerto viviente, un zombi que sigue devorando vidas humanas en todo el planeta

Básicamente todo se reduce a bajar el gasto público, bajar los salarios, bajar la oferta monetaria. Así reducimos la inflación y los precios. Así conseguimos más estabilidad y competitividad en precios de las empresas. Más inversión, más crecimiento económico y, en consecuencia, más empleo.

Veamos un ejemplo. En España, la moderación salarial ha sido tan generalizada que el salario real medio ha crecido una media de un 1,93 por ciento entre 1995 y 2007.

La productividad ha crecido un 5,31 por ciento, mientras que el Producto Interior Bruto per cápita ha crecido un 44,69 por ciento, pero tan mal repartido que el peso de las rentas salariales a pasado del 66 por ciento al 54 por ciento en la riqueza nacional.

Estos dogmas neoliberales, en la economía española, han producido un mercado de trabajo fracturado, dualizado, en el que la temporalidad, la subcontratación y la descentralización y externalización han jugado un papel determinante.

Francisco Javier López Martín

Secretario General CCOO de Madrid.