Ha fallecido Marcelino Camacho. Ha muerto joven, como lo fue siempre. Un hombre atento a la vida, a los jóvenes, las mujeres, las nuevas realidades sociales. A los cambios económicos y productivos. Respetuoso con la vida y con la Historia, con las historias de la historia, con su gente y su pueblo. Coherente con una vida y una historia que él mismo eligió.
Quiero retener el título en su libro de memorias, que titulaba “Confieso que he luchado”, parafraseando el “”Confieso que he vivido” del también comunista, luchador y poeta Pablo Neruda. Y, junto a esta constatación de toda una vida de lucha, otra frase de Marcelino que he utilizado en muchas ocasiones porque recoge bien toda una manera de afrontar la lucha y la vida, «Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar».
Marcelino tenía años. Medidos con la intensidad de su vida, muchos años. A la luz de su incansable actividad y su capacidad de escuchar, aprender y cambiar al ritmo de la vida, sin por ello dejar de ser Marcelino, seguía siendo un hombre joven.
Marcelino fallece en los mismos días en que conmemoramos el centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Así, de urgencia, vaya en su memoria este soneto del poeta del pueblo:
Una interior cadena de suspiros
al cuello llevo crudamente echada,
y en cada ojo, en cada mano, en cada
labio dos riendas fuertes como tiros.
Cuando a la soledad de estos retiros
vengo a olvidar tu ausencia inolvidada,
por menos de un poquito, que es por nada,
vuelven mis pensamiento a sus giros.
Alrededor de ti, muerto de pena,
como pájaros negros los extiendo
y en tu memoria pacen poco a poco.
Y angustiado desato la cadena,
y la voz de las riendas desoyendo,
por el campo del llanto me desboco.
MARCELINO VIVE !!!!
Queridos Compañeros y Comapañeras:
Marcelino lleva muchos años viviendo entre nosotros y lo seguirá haciendo porque nosotros pasaremos pero las Comisiones Obreras seguirán. Por los que vienen detrás. Porque no nos van adomesticar ¡Viva Marcelino Camacho y las Comisiones Obreras!
Salud
CCOO seguirán siendo muchos Marcelinos y Josefinas indomables.