23-F

Hay conmemoraciones que no apetece traer a la memoria, pero que son inevitables cuando cumplen años tan redondos como el 30 aniversario del 23-F y, desde los medios de comunicación se organizan informes, informativos, separatas, artículos de opinión, galerías fotográficas, entrevistas, en un bombardeo machacón y redundante.

Al cabo de los años, más allá de lo estrictamente conocido, ni los mismos golpistas parecen saber qué ocurrió, ni cómo, ni porqué. Se nos somete así a un tortuoso recorrido paranormal en el que los hechos conocidos se mezclan con experiencias personales, aderezado con opiniones “cualificadas” y con vivencias diversas.

La sensación final es de perplejidad, cargada de más preguntas que respuestas, sombras de duda sobre el papel de cada quién en la intentona golpista.

A partir de ahí, cada uno es muy libre de inventar su propia teoría de la conspiración y, tirando por elevación, construir una trama con servicios secretos y la CIA de por medio. A fin de cuentas todos sabían algo y ninguno sabía todo. Así es, si así os parece.

Lo cierto es que aquella noche se destruyeron muchas fichas de afiliación a partidos y sindicatos obreros. Fueron muchos los que durmieron fuera de casa. Algunos se concentraron ante Ayuntamientos como el de Getafe y muchos menos se atrincheraron con escopetas de caza en los Ayuntamientos de sus pueblos.

Una sociedad recién salida de un franquismo, que se cuidó de recordar la Guerra Civil como amenaza perpetua sobre un pueblo nunca preparado para vivir en democracia. Una sociedad balbuceante ante un futuro democrático. No éramos Europa, ni tan siquiera OTAN y nadie se fiaba del ruido de sables azuzado por un franquismo aún poderoso que se había permitido asesinatos como el de Atocha y enquistado en muchos poderes del Estado. Con una derecha descompuesta que abandonaba a su suerte a Suárez, fueron muchos los astros erráticos que quedaron alineados para preparar el asalto a la incipiente democracia.

No les salió bien, pero nadie tuvo todas consigo aquella noche y al calor de la radio, los más en las casas, y algunos en las plazas esperamos para ver de qué cara caía la moneda.

Muchos aprendimos que nada es para siempre, que hay que defender siempre lo conseguido y que, aún así, puedes perderlo en un instante, en una mala noche de invierno, si todo se conjura en tu contra.

Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid

5 Responses to 23-F

  1. Manolo2 dice:

    Otra cosa que llama la atención de aquel asalto es el odio y desprecio que los fascistas demostraron por los políticos.

    No se trataba sólo de tomar el poder, había que humillarlos a los parlamentarios en el suelo (no lo consiguieron con tres, entre ellos Carrillo, del que se acuerdan lo mínimo). He visto esa imagen en la que les dicen a los ministros «esas manitas encima de la barandilla.

    Me viene a la cabeza la misma reacción de la derechona contra los políticos hoy en día. No contra los corruptos. No contra los que se entregan a los poderosos, no. Contra «los políticos».

    • ccooblog dice:

      Contra los plíticos y contra los sindicalistas y contra los extrabjeros y contra los «moros» y contra lo distinto y contra los homosexuales. Mil veces repetido en decenas de cadenas tdt del pdt (partido de los tertulianos)

  2. Qué raro, no. Lo normal hubiera sido conmemora el 25 aniversario. Que raro. Por supuesto no sabremos nunca que pasó, pero lo que y si se, es que la oligarquía española, que son los que tienen el poder político y económico, los demás son los gestores de ese poder, deseosísima de entrar en Europa por la puerta grande, jamás hubiera consentido que los militares (sus lacayos) metieran esa pataza.

    ¿Y los militares? Mírenlos hoy. Recorriendo el mundo como benefactores de la humanidad. Pacificadores de guerras, eso sí, con buenas dietas.

    Cuando yo iba a Francia, allá por los años sesenta, decían los franceses: «los generales españoles grasientos tripudos situados en despachos polvorientos». Se ve que veían a Franco en el nodo.

    Los militares tampoco lo hubieran consentido. Qué pasó. Quién lo sabe.

    Un fuerte abrazo de un republicano

  3. maite martinez pardo dice:

    aquella tarde, aquella noche, aquella madrugada…y poco a poco a pesar de la alegría que no triunfara el golpe, pudimos vislumbrar que aquella opción de «una transición sin ruptura» iba a costarnos muy caro a los que nacimos en la dictadura, para quienes tuvieron que callarse, para los que se pudieron exiliar, para los desparecidos, los que sufrieron cárcel, los asesinados después del «fin de la guerra civil»….el sufrimiento de una sociedad durante tanto tiempo…Y así lo constatamos ahora con la «mordaza» a la memoria histórica. Ayer lejos de mi país, en Costa Rica, fui al concierto de Joan Manel Serrat y su homenaje a Miguel Hernandez que hace unos días «..El Supremo rechaza revisar la condena a muerte de Miguel Hernández pero reconoce su injusticia…».
    Lamentablemente sigo sintiendo una daga en mi corazón pensando y sintiendo mis españas.

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