Hace poco se publicaron los datos de hipotecas concedidas en Madrid a lo largo del mes de Junio. Ya sabemos que Estadística trabaja con varios meses de retraso, pero con datos fiables.
El dato de créditos formalizados para comprar un piso, es un termómetro muy fiable al afectar a un sector como el inmobiliario y de la construcción que han sido el motor principal del crecimiento económico español.
Pues bien, en Madrid el número total de hipotecas realizadas con respecto a Junio del año pasado ha caído un 47,2 por ciento. En el caso de las viviendas se han hipotecado cerca de 4.300 viviendas frente a más de 7.000 en Junio de 2010. El volumen de dinero concedido en crédito hipotecario ha sido, lógicamente, casi la mitad que el año anterior. La caída en Madrid es mayor que en la media nacional, si bien en ninguno de los dos casos el importe de la hipoteca media se desploma. La hipoteca media en Madrid cae un -2,1 por ciento, mientras en la media española crece un 0,2 por ciento.
Los datos son claros. Se hipotecan menos viviendas porque se venden menos pisos. Porque la crisis desaconseja invertir en vivienda. Porque las familias no nos animamos a meternos en una hipoteca en un escenario complicado y porque los precios no bajan, o no bajan lo suficiente como para animarse a comprar.
Nuestro país tiene que pensar su futuro económico sin poner el acento exclusivo en el sector inmobiliario. La calidad de nuestros productos y servicios será cada vez más esencial, pero mientras no desembolsemos ese tremendo stock de viviendas construidas no habremos despejado el riesgo de nuestro sector bancario, hoy mucho más interesado en vender pisos que en facilitar créditos a familias y empresas.
Por eso llama la atención, la incapacidad de nuestros gobernantes, de izquierdas y derechas, de ayuntamientos, Comunidades Autónomas o del Estado, para solucionar este lastre que actúa como cuello de botella para afrontar y superar la crisis.
Por eso CCOO hemos insistido en que es importante que las personas que viven la crisis, no se vean acogotadas aún más por la hipoteca, adoptando medidas como moratoria en el pago o la dación en pago.
Pero hay que ir más allá. Ir a una política de vivienda en alquiler y hay que reconducir los precios de la vivienda a márgenes mucho más razonables de lo que el crecimiento especulativo en los últimos tres lustros ha producido.
Eso significará que muchos tendrán que renunciar a beneficios astronómicos y que no pocos tendrán que reconocer pérdidas, al admitir que el precio pagado por la recalificación, y el suelo fue excesivo, especulativo y no se correspondía con márgenes razonables de ganancias.
Cuanto más tardemos en reconocer el problema, afrontarlo y adoptar medidas que den salida a esa bomba de relojería instalando en mitad de la economía española, más tardaremos en estar en condiciones de solucionar los problemas.
Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid