la tierra de los nadie 17:»Hay en estos versos, si es que así pueden llamarse

agosto 31, 2012

foto: Fran Lorente


Hay en estos versos, si es que así pueden llamarse,
un ritmo compulsivo y un dolor solitario.
Carentes de figuras poéticas, metáforas,
son poco más que prosa sometida a medida.
Quién puede caminar sobre el filo de un cuchillo
.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


MANDELSTAM (II): EL PODER DE LA PALABRA

agosto 29, 2012


Ya quedó relatado cómo allá por 1933 Mandelstam compuso un poema en el que, sin nombrar a Stalin, destacaba el disfrute de las ejecuciones ordenadas por el tirano. Quedó constancia de que el poema no fue escrito, pero sí recitado en diferentes círculos cercanos al poeta. Ya se describió el sumario registro de su casa, su arresto, condena y muerte. La desaparición de sus restos en alguna de las incontables fosas comunes.

Conviene ahora conocer que, durante el arresto de Osip Mandelstam, el también poeta Boris Pasternak, a quien recordamos como autor de la novela Doctor Zhivago, luego premio Nobel de Literatura, recibió una llamada de Stalin para formularle una pregunta. Quería saber quién era Mandelstam, y, más en concreto, si el escritor era un “maestro”, un máster.

Pasternak entendió que, de su respuesta, dependía la vida de Mandelstam. Stalin quería saber si el poeta era un maestro, o si podía deshacerse de él impunemente, sin grandes costes. Boris Pasternak respondió, que efectivamente podía ser considerado un maestro. Stalin condenó a Mandelstam al exilio en la ciudad de Vorónezh en los Urales donde vivió en precarias condiciones durante varios años, y donde intentó suicidarse.

Allí, en mitad del sufrimiento, escribió los Cuadernos de Vorónezh, que forman parte de su mejor poesía. Luego fue liberado bajo vigilancia, para ser condenado de nuevo, en 1938, a cinco años de trabajo forzados, a los cuales no sobrevivió.

La pregunta de Stalin a Pasternak esconde la misma preocupación de todo dictador ante el artista al que considera, por supuesto, sometido a designios superiores del Estado, que coinciden milimétricamente con los suyos propios.

¿Es un maestro? Dicho de otra manera, ¿Seguirá viviendo aunque yo lo mate? ¿Si me condena, su sentencia perdurará en el tiempo más que la mía contra él? ¿Pese a su fragilidad, es peligroso?

La respuesta de Boris Pasternak salvó la vida de Osip Mandelstam durante unos años, aunque fueron años de destierro, vigilancia policial, presiones, locura, trabajos forzados y muerte prematura a los 47 años, en un gulag cercano a Vladivostok. Años en los que Mandelstam siguió rellenando precarios cuadernos de hermosos poemas.

Me extravié en el cielo
¿Qué puedo hacer?
Quien esté cerca ¡Conteste!
Sería mejor para ustedes hablar
De las vigorosas visiones dantescas.
No puedo separarme de la vida:
Aunque ella mate y acaricie,
En los oídos y en las cuencas de los ojos
Se posa la tristeza florentina.
No coloques, por favor, no coloques
Laurel amoroso en el whisky.
Mejor despedaza mi corazón
En trozos de sonidos azules.
Y cuando mueras este servidor,
Amigo en vida de todos los vivos,
Resonará en lo alto y profundo
Un eco celeste en el pecho.

Osip Mandelstam en El Poder de la palabra.

Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid


MANDELSTAM (I): EPIGRAMA CONTRA STALIN.

agosto 27, 2012

La triste historia de Mandelstam merece ser recordada en estos tiempos turbulentos en los que el totalitarismo se disfraza de unidad y el consenso es entendido como la imposición de los designios de eternos conspiradores.

Merece la pena pensar cuál fue el motivo por el cual un poeta simbolista, nacido en Varsovia en 1891 y afincado en San Petersburgo, junto a su esposa, entregado a la causa poética y miembro de la Unión de Escritores, compuso un poema contra Stalin.

No dejó rastro escrito del poema, pero lo recitó de memoria en algunos foros.  Era cuestión de tiempo, más corto que largo, que aquel poema llegar a su destinatario, Koba el Temible, quién ordeno la inmediata detención del poeta.

El poema dice, más o menos,

Vivimos insensibles, sin sentir nuestro suelo bajo los pies
Nuestras palabras no se oyen a diez pasos.
Cuando nos atrevemos a hablar a medias
siempre mencionamos al montañés del Kremlim
Sus dedos gordos como gusanos, grasientos,
Sus palabras certeras, como pesados martillos,caen de su boca
Sus bigotes de cucaracha parecen reír
y relucen brillantes  las cañas de sus botas
Entre una chusma de caciques de largos cuellos,
juega y se divierte con semejantes infrahombres.
Uno silba, otro maúlla, otro gime, el otro llora.
Sólo él los tutela, parlotea, dictamina
Forja un decreto tras otro como si fueran herraduras:
Golpea a uno en el bajo vientre,
a otro en la frente, al tercero en el ojo, al último en la ceja.
Cada ejecución es una fiesta
que alegra su ancho pecho de oseta.
Osip Mandelstam

El 16 de Mayo de 1934, tres agentes de la policía secreta llamaron a su puerta, registraron la casa, no pudieron registrar el único lugar donde se encontraba el poema, la memoria de Mandelstam.

Tras toda una noche de revisión de cada escrito, cada apunte, cada poema, fue detenido, condenado a tres años en un campo de destierro, un breve periodo de libertad condicional y un nuevo internamiento en un campo de trabajos forzados, donde murió.  Como tantos, acabó en una fosa común.  Sus restos nunca fueron encontrados.

Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid


la tierra de los nadie 16:»Aún más terribles que los cundas, los buscavidas

agosto 24, 2012

foto: Fran Lorente


Aún más terribles que los cundas, los buscavidas,
los sirleros y las gitanas de las chabolas.
Aún más terrible que el vertedero de la droga,
es este silencio ciego y sordo en que vivimos
.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


la tierra de los nadie 15 :»En este Madrid, que sigue siendo caserío

agosto 17, 2012

foto: Fran Lorente


En este Madrid, que sigue siendo caserío
destartalado y sucio, de inabarcables barrios,
no hay rincón o plazuela donde pueda mi amor
pasar absolutamente desapercibido
.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


la tierra de los nadie 14: «Está siendo tan dura esta caída al infierno

agosto 11, 2012

foto: Fran Lorente

Está siendo tan dura esta caída al infierno
que mi ambición de ángel, mi inocencia de niño,
son cristales de sal sumergidos en el agua.
Cuando luchas con monstruos hay que tener cuidado
.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


la tierra de los nadie 13: «No dudes que te amo más de lo que quisiera

agosto 3, 2012

foto: Fran Lorente

No dudes que te amo más de lo que quisiera,
eliges el destino, pero el amor te elige.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


EL SONDERKOMMANDO

agosto 1, 2012

¿Cómo he podido sobrevivir en Auschwitz? Mi norma es que en primer lugar, en segundo y en tercero estoy yo y luego nadie más. Luego otra vez yo; y luego todos los demás. Ella Lingens

La primera tarea de un Sonderkommando es conducir a sus antecesores a la cámara de gas, retirar sus cuerpos e incinerarlos.

Los “escuadrones especiales” de los campos de concentración nazis, son seleccionados entre los recién llegados al campo. Ejercen su tarea durante unos meses y son conducidos a la cámara de gas por un nuevo sonderkommando.

En su libro “Los hundidos y los salvados”, que forma parte de la tipología sobre los campos de concentración, Primo Levi se adentra en la psicología de estos esclavos privilegiados por un tiempo, hasta el punto de que los guardianes llegan a jugar al futbol con ellos. Una confraternización que no impedía su triste fin.

Llega a describir la triste experiencia de una joven que sobrevive fortuitamente a la cámara de gas, pasa a ser protegida por los miembros del sonderkommando y finalmente es entregada de nuevo a la cámara de gas.

Entre sus tristes tareas, entre la cámara de gas y el horno crematorio, los miembros del sonderkommando deben registrar los orificios de los cuerpos sacrificados para buscar objetivos de valor ocultos, dientes de oro…..

Cualquier negligencia en el cumplimiento de sus tareas, especialmente cuando alertan a sus víctimas sobre el destino que les espera, acarrea la incineración en vida.

Tras unos meses ocupándose de tan horrendas tareas un nuevo sonderkommando, conduce a su predecesor a la cámara de gas.

Pese a todo ello, la aceptación del destino es tal, que tan solo existe constancia de una rebelión de los miembros de una de estas Escuadras Especiales, en Auschwitz, en 1944.

Hablo en presente porque el horror perdura en el tiempo y puede reproducirse si lo alejamos de nosotros y lo olvidamos. Hablo en presente, porque con métodos menos crueles, no menos expeditivos, modernos sonderkommandos conducen a la muerte a los pueblos, intentando engañarse, para evitar ver que su triste destino será el mismo que el de sus víctimas.

Lo terrible es comprender que los responsables de tanta crueldad son personas como nosotros. Seres humanos como nosotros.

Primo Levi describe la lógica de estos seres: “Nosotros, el pueblo de los Señores, somos vuestros destructores, pero vosotros no sois mejores. Si queremos, y lo queremos, somos capaces de destruir no sólo vuestros cuerpos, sino también vuestras almas, tal como hemos destruido la nuestra”.

Por su parte, uno de los pocos supervivientes de aquellos Escuadrones Especiales, afirma: “Es verdad que hubiera podido matarme o dejarme matar, pero quería sobrevivir, para vengarme, para dar testimonio de todo aquello. No creáis que somos monstruos, somos como vosotros aunque mucho más desgraciados”.

El propio Primo Levi, pese a su inmenso esfuerzo por explicarse y explicarnos aquel drama, acabó suicidándose.

Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid