la tierra de los nadie 77 «tu risa es ….

mayo 25, 2014

foto: Fran Lorente

Tu risa es todo cuanto tengo para afrontar
la luz de la mañana. Ni siquiera tu risa.
La memoria de un trazo vahído de carmín
en tus labios y el recuerdo del eco de un beso
.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


CLASE TRABAJADORA Y ELECCIONES EUROPEAS

mayo 22, 2014

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– Las políticas de austeridad han fracasado
(lo reitera por enésima vez Bernadette Ségol, Secretaria General de la Confederación Europea de Sindicatos, ETUC-CES)
– La democracia y el ultraliberalismo son incompatibles
(añade Ignacio Fernández Toxo, Presidente de ETUC-CES y Secretario General de CCOO)
No dicen nada nuevo, que los sindicatos europeos no vengan diciendo en cada país y, como Confederación Sindical Europea, durante toda esta crisis, hayamos defendido ante ese conglomerado de intereses denominado “la Troika”, que gobierna de forma descerebrada todo un continente, hasta el punto de que han conseguido acelerar la destrucción de empleo, deteriorar las condiciones de trabajo y salariales, destruir el derecho del trabajo y empobrecer de forma generalizada a la sociedad.
Con 27 millones de personas en paro en la Unión Europea, 6 de ellas en España, sólo un Plan de Inversiones para el crecimiento, el empleo y la cohesión social, como el que propone la CES, puede sacarnos de este atolladero. Invertir ahora para crear 11 millones de puestos de trabajo en los próximos 10 años.
No estamos para celebraciones y optimismos insultantes. El panorama europeo y el español no nos anuncian una salida de la crisis, sino, en el mejor de los casos, una lenta, larga, dura y costosa recuperación. La crisis no ha terminado y sus efectos mucho menos.
La Europa que salga de las elecciones debería tomar en cuenta las propuestas de su clase trabajadora organizada, antes de que sea demasiado tarde. Propuestas de mayor cooperación en la persecución del fraude fiscal y los paraísos fiscales. Propuestas para reformar un mercado financiero, cuyos excesos y desmanes han producido esta crisis. Para promover servicios públicos de calidad. Para implicar a sindicatos, empresarios, organizaciones sociales, en el diálogo social y en la negociación de las medidas para salir de la crisis. Para reforzar la negociación colectiva. Para establecer nuevos mecanismos, más democráticos, de gobierno económico de la Unión Europea y para asegurar el respeto y desarrollo de normas sociales de ámbito europeo.
Todo ello no puede hacerse sin instituciones europeas sólidas, democráticas, transparentes. No se puede hacer sin una firme decisión de poner en marcha medidas como el Impuesto sobre Transacciones Financieras, o el establecimiento de nuevos recursos procedentes de un impuesto único sobre la riqueza.
Europa ha sido, durante décadas, un modelo en las relaciones laborales y la protección social en todo el planeta, hasta que la crisis se ha convertido en la disculpa de los ultraliberales y ultraconservadores, para destrozar la vida y el trabajo de millones de personas.
La crisis ha demostrado que el gobierno de Europa es importante. Que los gobiernos nacionales son cada vez más dependientes de lo que se decide en recónditos despachos de la Unión Europea. Que las políticas durante la crisis se han adoptado muy lejos de las salas de reuniones de los Consejos de Ministros de cada país. Muy lejos de las débiles instituciones comunitarias.
Por eso el voto de la clase trabajadora es importante en estas elecciones europeas, apoyando a aquellos partidos que adquieren un compromiso firme con las políticas de inversión, empleo, protección a las personas y rechazando a cuantos han claudicado ante las imposiciones de la Troika, que han supuesto ajustes y recortes encaminados a recomponer los márgenes de beneficio de los más ricos y destrozar un modelo social y laboral que ha sido y es referencia para miles de millones de personas en el planeta.
Por eso es importante votar a las fuerzas de progreso. Por eso es importante votar izquierda.
Francisco Javier López Martín


CSI PODER DE LOS TRABAJADORES

mayo 20, 2014

Vivimos tiempos en los que, quien más, quien menos, nos sentimos abandonados por nuestros gobiernos. Esos gobiernos elegidos democráticamente se lavan las manos, como Pilatos, en respuesta a las condenas que grandes multinacionales como Coca-Cola, entidades financieras como el Banco Central Europeo, organismos supranacionales, gobernantes elegidos en otros países como Merkel, decretan contra la ciudadanía, en forma de cierres, traslados, deslocalizaciones, imperio de los mercaderes, recortes, ajustes, destrozos sociales, recortes de derechos laborales.

 

Más de la mitad de la población mundial ha sufrido recortes salariales, de jornada, de derechos laborales, o han perdido su empleo. Más de la mitad tienen un trabajo vulnerable, irregular, sin contrato, sin derechos. El 40 por ciento sobrevive en la desesperación de la economía informal.

La economía mundial es más inestable que nunca, el cambio climático y las amenazas sobre el medio ambiente perduran y agravan la situación del planeta, la democracia es cada día más débil frente a las imposiciones de los intereses empresariales más burdos. La ciudadanía ve amenazados sus empleos, sus salarios, sus derechos, su vida.

 

Los ajustes ultraliberales condenaron a la pobreza a numerosas regiones del planeta en las décadas de los 80 y 90. Las políticas de austeridad condenan a todo el planeta a vivir sometido a las grandes corporaciones, aceptando un horizonte de pobreza, desempleo, desigualdad y desprotección social. Un horizonte de dictadura de los poderes económicos sobre los países, los gobiernos y los pueblos.

 

El trabajo irregular, la economía sumergida, las desigualdades, la desprotección, comienzan a ser lo habitual. Las mujeres, los jóvenes, los inmigrantes, los mayores se ven abocados cada día más a la desesperación de una vida sin futuro, en la exclusión permanente e irrevocable.

 

Los gobiernos no funcionan. Se pliegan a los intereses financieros, a los mercados y los mercaderes. No vieron venir, no quisieron prevenir la crisis que se avecinaba y, ante el destrozo, se han mostrado incapaces de controlar la ambición desmedida y la destrucción capitalista.

 

El resultado es que los países que se consideraban desarrollados, los pertenecientes a la OCDE, han visto crecer las diferencias entre las rentas de los más ricos y los más pobres, han visto aumentar sus índices de pobreza. Mientras tanto, el crecimiento rápido de algunos países como China, Costa Rica, Bostwana, o República Dominicana, por poner algunos ejemplos, pone de relieve que crecer deprisa no significa acabar con la pobreza, sino en la mayoría de los casos, un reparto cada vez más desigual de las rentas. No siempre es así, aunque sea bastante generalizado. En Ghana o Brasil, los beneficios del crecimiento se han distribuido de forma más equitativa, gracias a la existencia e intervención de gobiernos más progresistas.

 

Estas situaciones, conviven con los escándalos de la evasión de impuestos y paraísos fiscales por parte de los ricos y las grandes corporaciones empresariales. Y mientras tanto, cientos de millones de trabajadores carecen de un salario mínimo, el 75 por ciento de la ciudadanía carece de protección social, el número de personas cubierta por un convenio colectivo disminuye brutalmente.

 

Vivimos un estado de guerra declarado por los Gobiernos contra los pueblos y los derechos de los trabajadores y trabajadoras, a instancias de las instituciones internacionales, con el único fin de situar los intereses de los bancos, las instituciones financieras, las grandes empresas, por encima de los de la ciudadanía.

 

La Confederación Sindical Internacional (CSI), reclama políticas de inversión, para recuperar empleo, impulsar el crecimiento, defender la justicia climática, invertir en la economía de atención a las personas, de igualdad entre mujeres y hombres, defender un futuro de empleo para nuestros jóvenes, que contribuya al afloramiento de la economía informal.

 

La CSI sabe que estas reclamaciones sólo son posibles con educación pública, sanidad pública, protección a las personas. A la infancia, a las personas ancianas y discapacitadas. Con trabajo decente, salario digno, protección social, pensiones.

 

La crisis que vivimos no es una crisis cualquiera. Es la demostración del fracaso del capitalismo para resolver los problemas del planeta y de los pueblos que lo habitan. No nos vale el aquí no ha pasado nada, porque sí ha pasado. Ha sido perpetrado un destrozo brutal en el medio ambiente, en los empleos, en la protección a las personas.

 

La CSI se apresta a defender a las personas en sus puestos de trabajo, a la ciudadanía en la sociedad. Esa es la lucha que se avecina en los próximos años en cada rincón de nuestro planeta. Ese es el debate que va a presidir el III Congreso Mundial de la CSI, que se desarrollará entre el 18 y el 23 de Mayo en Berlín.

 

Francisco Javier López Martín


SINDICALISMO MUNDIAL, TRABAJO DECENTE, DEMOCRACIA SOCIAL

mayo 12, 2014

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La Confederación Sindical Internacional (CSI) prepara su Congreso en Berlín del 18 al 23 de Mayo. La CSI es el sindicato de los trabajadores y trabajadoras del mundo. Cuenta con 175 millones de personas afiliadas en todo el planeta, que pertenecen a 353 organizaciones, en 157 países.

Sin embargo, pese a constituir la mayor fuerza democrática del planeta, consolidar y desarrollar esa democracia va a exigir organizar a más trabajadores y trabajadoras para defender la democracia, el trabajo decente, la igualdad, la justicia social.

En este planeta la población activa está constituida por 2900 millones de personas. Pero tan sólo 1700 millones tienen un trabajo legal, formal. El resto, 1200 millones, trabajan en la economía informal, que supone hasta el 40 por ciento de la economía del planeta. La mitad de los trabajadores y trabajadoras del planeta tienen empleos precarios y vulnerables. En una situación como ésta, el que la CSI aglutine a 175 millones de trabajadoras y trabajadores y el sindicalismo mundial a poco más de 200 millones, nos sitúa ante la tremenda dimensión del reto que tenemos por delante.

La clase trabajadora del planeta es consciente de que en los lugares de trabajo donde hay sindicato existen mejores salarios, mejores condiciones de trabajo, de salud y seguridad. Derechos como el de huelga, el salario mínimo por ley, el derecho a la negociación colectiva, la libertad de pertenecer y organizarse en un sindicato, forman parte del sentir mayoritario de los trabajadores y trabajadoras del planeta.

La crisis económica, organizada por el sistema financiero, causante y beneficiario final de la misma, nos ha traído ataques concertados contra los derechos laborales y sociales básicos. Persecución a los sindicalistas, destrozos en la negociación colectiva, buscando el control absoluto sobre la manos de obra. El diálogo ha sido sustituido por la imposición, cuando no la violencia.

El sindicalismo mundial tiene el deber de organizar el contraataque, anticipando los golpes, resistiendo la embestida y preparando la respuesta. Y esa respuesta es organizar a los trabajadores y trabajadoras, sindicalizar, organizarse en las empresas, afrontando luchas nacionales e internacionales en defensa de los derechos laborales, sociales y la libertad sindical, allí donde se encuentren amenazados.

Las grandes corporaciones, las multinacionales desaprensivas como Coca Cola, deben sentir la presión laboral y social, el estigma de quienes desprecian la vida ajena, en aras del beneficio brutal e injustificable. Allá donde se encuentren sus directivos y altos ejecutivos, deben sentir el desprecio de los trabajadores y trabajadoras del planeta.

Las revoluciones que el planeta necesita no basta convocarlas. Esas revoluciones hay que organizarlas, a fuerza de afiliar, establecer mapas de situación, identificar objetivos nacionales y de áreas geográficas, apoyando la fortaleza sindical en las empresas, formando organizadores sindicales, dirigentes comprometidos, intensificando la cooperación internacional, estableciendo fondos de solidaridad, organización, cooperación.

Esas revoluciones no pueden ser sólo de y para los trabajadores y trabajadoras organizados. Son las mujeres, los inmigrantes, los trabajadores y trabajadoras jóvenes. Son quienes trabajan en la economía informal, sin contratos, sin derechos, sin protección de salud, sin salario negociado. Son los colectivos más amenazados en cada país o región, los que más necesitan al sindicato mundial, a la CSI, a la Internacional.

Las grandes corporaciones dominan la economía mundial. Trazan los designios de los gobiernos y sojuzgan la vida de los pueblos. La CSI es la más grande organización democrática del mundo. La democracia y la vida misma en el planeta dependen hoy más que nunca de la lucha organizada de los trabajadores y trabajadoras del mundo. Una lucha laboral en las empresas y una lucha ciudadana, junto a las organizaciones sociales y políticas con las que el sindicalismo comparte objetivos y compromiso en cada lugar del planeta.

A mediados de mayo, renovamos el compromiso y tras el Congreso de la CSI afrontamos un trabajo tan intenso y extenso, como necesario, urgente e inaplazable. Tengo la impresión de que el planeta no está ya dispuesto a dar más oportunidades si no acabamos con la depredación, la explotación y el desprecio a la vida, que el capitalismo global impone.

Francisco Javier López Martín


EMPLEOS, SALARIO Y PROTECCION

mayo 9, 2014

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-La fuerzas que actúan contra la gente corriente son implacables y poderosas. Son destructivas. No les importa nada el bien común. Les mueve su propio interés y su avaricia insaciable.

(es Rosa Pavanelli, Secretaria General de la Internacional de Servicios Públicos de la Confederación Sindical Internacional-CSI)

-Son las mujeres, la juventud, mano de obra y sus familias quienes están pagando el precio del aumento del desempleo y del recorte radical de servicios públicos vitales.(concluye Rosa)

Siete años de crisis están demostrando que el capitalismo globalizado es incapaz de asegurar empleos estables y sostenibles. Incapaz de garantizar unos ingresos seguros y mínimos. Incapaz de proteger a las personas y las sociedades.

Devastación climática, avance de los desiertos, aumento de las temperaturas. 200 millones de personas paradas y un 40 por ciento de las personas trabajadoras buscando sus ingresos en sectores informales, sin contratos, sin convenios, sin derechos laborales. El 78 por ciento de la población mundial considera que sus salarios se han reducido por debajo del crecimiento del coste de la vida.

Son muchos los lugares en el planeta en los que la educación, la sanidad, no son gratuitas y son inalcanzables. Donde los transportes, los servicios públicos, son caros y se colocan al servicio de intereses privados. Donde se pone en peligro el acceso a una pensión. Donde no existe protección por desempleo. Donde la corrupción campa a sus anchas en el escenario al que se accede por esas poderosas puertas giratorias que fraguan los consorcios constituidos por empresas y poderes públicos.

Mientras tanto la mayoría de los pueblos quieren una sanidad y una educación públicas y gratuitas, cuidados infantiles, pensiones dignas, prestaciones por desempleo. Leyes laborales y salarios justos. Las gentes quieren empleos sostenibles, ingresos seguros, protección social a las personas.

-En total, 6´8 millones de docentes deberían ser contratados de aquí a 2015 para ofrecer una educación adecuada a todos los niños y niñas en edad escolar de educación primaria.

(es ahora el Secretario de la Internacional de Educación, el holandés Fred Van Leeuwen quien habla).

1.200 millones de personas sobreviven con menos de 1´25 dólares al día. Las mujeres son la mitad de la población, pero sólo el 30 por ciento de la fuerza laboral. 168 millones de niños no estudian, no van a la escuela, trabajan. 2.600 millones carecen de saneamientos adecuados. Ese es el planeta que tenemos encomendado y el que dejaremos a nuestros hijos, si no hacemos algo urgentemente. Si no reaccionamos ya.

-Necesitamos un salario mínimo. Todo el mundo lo dice hoy en día, pero no todos realmente creen lo que dicen.

(Michael Sommer, Presidente de la DGB alemana, marca uno de los caminos para la CSI en los próximos años)

-Hemos venido organizando a trabajadores y trabajadoras en el sector informal, con la convicción de que ser algo más que una organización sindical.

(Francisca Jiménez organiza en la República Dominicana a trabajadoras y trabajadores de la economía informal. Servicio doméstico, conductores, artesanos, peluqueras…)

La CSI celebra a mediados de mes su Congreso en Berlín, buscando el compromiso de todo el sindicalismo del planeta en la defensa de empleos estables y sostenibles, ingresos seguros, protección social básica garantizada. Porque el empleo es nuestro futuro, los salarios justos son la calidad de nuestras vidas, la protección social a las personas es nuestra mejor barrera contra la miseria y el empobrecimiento.

El capitalismo mundial, globalizado y depredador, ya ha demostrado su incapacidad para solucionar los problemas del planeta. Ahora es la unidad de los trabajadores y las trabajadoras, la que tiene la obligación de abrir las puertas a un futuro de libertad, empleo, justicia y derechos laborales y sociales.

Francisco Javier López Martín


CAPITALISMO GLOBAL, AGITACION SOCIAL Y DICTADURA POLITICA

mayo 5, 2014

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Un consorcio de grandes empresas multinacionales, sectores de las finanzas y fuerzas políticas conservadoras están utilizando la crisis que ellos crearon para destrozar los derechos laborales y sociales adquiridos. Trabajadores más explotados y ciudadanía más empobrecida y excluida son las consecuencias inmediatas.

Los Gobiernos desaparecen de la escena, dando prioridad a las empresas por encima de los intereses de sus ciudadanos y trabajadores. Hasta el punto de que tan sólo el 13 por ciento de la ciudadanía mundial piensa que sus gobiernos piensan en las familias trabajadoras que en los intereses empresariales.

La violencia contra los sindicalistas se multiplica. La Confederación Sindical Internacional (CSI) ha recogido denuncias del 28 por ciento de los países miembros por uso de violencia contra los sindicalistas. En países como Colombia 2.942 sindicalistas han muerto asesinados desde 1995. En Guatemala 73 desde 2007. De hecho la libertad sindical no se encuentra reconocida en 33 países que representan más de la mitad de la población mundial.

Países como Colombia o Guatemala, pero otros muchos, como Afganistán, Palestina, Siria, Guinea, México, Filipinas, Irak Pakistán, Egipto, Grecia, Camboya, Honduras y otros muchos, son países en los que los ataques de los empresarios y los gobiernos contra los derechos laborales, la libertad sindical, la negociación colectiva, el derecho de huelga, o manifestación, son constantes y permanentes.

Tan sólo algunos dramas, como los incendios en fábricas de Bangladesh, han conducido a que se instauren medidas acordadas con los sindicatos para asegurar la seguridad en los centros de trabajo, porque los daños en la imagen mundial de algunas marcas textiles comenzaban a ser escandalosos e irreparables.

-Un día me pregunté por qué: ¿Por qué se nos trataba de manera diferente? ¿Por qué teníamos que trabajar largas jornadas y nunca decirle no al patrón y dar palmas cuando estábamos tan mal pagadas? Ese fue mi momento de lucidez y si yo puedo marcar la diferencia todas podemos hacerlo…

(Myrtle Witbooi, líder del sindicato SADDAWU y Presidenta de la Red Internacional de Trabajadoras del Hogar, es quien así habla)

21 millones de personas trabajan en condiciones de esclavitud y trabajo forzoso. Una de cada tres mujeres sufrirá a lo largo de su vida laboral, violencia física, o agresión sexual, o ambas cosas.

Las brechas salariales y de condiciones de trabajo entre mujeres y hombres siguen perviviendo.

Miles de historias de violencia, opresión, explotación y desprecio a los derechos, se producen cada día a lo largo del planeta. Mientras la OIT ha acuñado el concepto de trabajo decente como trabajo estable, justamente remunerado y con derechos, los empresarios y los gobiernos, a lo largo de todo el planeta, aprovechan la crisis para debilitar derechos, salarios y condiciones de trabajo, preparando el camino, entre otras cosas, para las muertes por accidentes que siguen segando vidas humanas.

Los derechos no son negociables. No hay derechos y derechitos. No hay derechos con mayúscula y con minúscula. La CSI es el sindicato mundial que tiene la obligación de combatir los efectos salvajes que empresas, financieros y fuerzas conservadoras, impulsan en todo el planeta.

Mediante la denuncia sistemática de las violaciones de derechos sindicales. Defendiendo la negociación colectiva y la libertad sindical. Creando y utilizando instrumentos para el control de los derechos sindicales. Defendiendo a los sindicatos que se encuentran perseguidos y atacados en numerosos países. Combatiendo el trabajo precario e irregular. Informando y comunicando cada ataque a los derechos y la libertad sindical. Colaborando con todo tipo de instituciones que defienden los derechos humanos en cada país. Defendiendo la igualdad entre mujeres y hombres en el trabajo y en la sociedad.

Las empresas, los gobiernos, las grandes corporaciones, no pueden seguir instaladas en el beneficio empresarial y la competitividad sobre la base del destrozo de los derechos laborales y sociales en numerosos lugares del planeta. Las desigualdades acrecentadas por ellos, se encuentran en la base de los estallidos sociales y socavando la base misma de los sistemas democráticos. La movilización de la CSI en todo el planeta deberá impedir este derrotero de injusticia y oprobio para los ciudadanos y ciudadanas, los trabajadores y trabajadoras del planeta.

Francisco Javier López Martín

 


EL DOS DE MAYO

mayo 2, 2014

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Llegamos así al 1º de Mayo de 1808, día en el que el desfile de Murat y sus tropas francesas es acogido por la bronca y los silbidos del pueblo de Madrid. El 2 de Mayo, los franceses intentan sacar de Palacio al menor de los hijos de Carlos IV. Un grupo de madrileños intenta impedirlo, hasta que un batallón de la guardia dispara la artillería contra ellos. Esta refriega enciende toda la ciudad.

La población intenta bloquear los accesos a Madrid por la calle de Alcalá, hasta que son empujados por la caballería hacia la Puerta del Sol. Mal armados, los madrileños responden, con todo lo que tienen a mano, a las embestidas de las tropas de mamelucos egipcios, en una refriega que quedaría inmortalizada por Goya en la Carga de los Mamelucos.

Al final, los cañones impusieron su ley y, a los muertos de la revuelta popular, se suman de inmediato los ejecutados en el claustro de la iglesia del Buen Suceso. La venganza continúa durante la noche por toda la ciudad. Es también Goya, quien mejor ha retratado aquellos fusilamientos del 3 de Mayo.

El pintor, hasta ese momento, había realizado cartones para tapices, con escenas festivas y luminosas, en las que no deja de reflejar la realidad social, como en el Albañil Herido. También eran reconocidos sus retratos, en los que refleja cruelmente las bajezas y defectos de buena parte de la familia real -en los que solo se salvan los niños-, o de personajes ilustrados afines a sus ideas, como Jovellanos, escritores como Moratín, actrices como la Tirana, toreos como Pedro Romero o las majas.

A partir del 2 de Mayo, Goya quedará marcado por la crueldad de la represión y los Desastres de la Guerra, las Pinturas Negras, los Caprichos y Disparates, que podemos admirar en el Prado reflejarán la amargura que se apodera de su carácter, acentuada por la tristeza y la desesperanza ante el régimen absolutista impuesto por Fernando VII. Huyendo de esa España, más negra que nunca, se refugia en Burdeos, donde antes de morir recupera la paz perdida y, a sus 80 años, se inicia en la técnica litográfica, recogiendo de nuevo escenas populares y festivas, como la serie de Toros de Burdeos, y nos lega una pequeña obra maestra como la Lechera de Burdeos, precursora del impresionismo.

Pocos pintores entendieron como él, plasmaron las alegrías y sufrieron con tal intensidad, con tanta compasión, el dolor del pueblo madrileño.

Volvamos al 3 de Mayo. La campana del Buen Suceso tocó interminablemente a muerto. Los cadáveres fueron enterrados en los propios fosos de la iglesia, que fueron cegados. Paños negros cubrieron el lugar.

Bien se puede decir de Madrid, al igual que en la canción dedicada a Asturias, que ha tenido dos ocasiones de jugarse la vida en una partida y las dos se la jugó. El 2 de Mayo y el No Pasarán son mucho más que símbolos madrileños y forman parte de la cultura humana de la lucha por la libertad.

Francisco Javier López Martín