El pasado martes leí un hermoso artículo titulado Diez años sin Marcelino, firmado por su hija Yenia y su hijo Marcel, junto a Salce Elvira y Agustín Moreno, sus más queridos hijos sindicales en las Comisiones Obreras. Después de la lectura, que se detiene en cuanto ha ocurrido a lo largo de estos diez años en recortes laborales, sociales, de pensiones, no sé qué más puedo añadir, de no ser porque, de nuevo, el incansable Montagut me pide que escriba algo sobre Marcelino para El Obrero.
Para empezar sólo puedo sumarme a la voluntad que siguen manteniendo viva los firmantes, al citar a Marcelino,
-Lo posible es lo que nos permiten y lo necesario lo que debemos hacer. Lo posible es de personas cuerdas, lo necesario es de locos utópicos. Quienes cambian el mundo son aquellos que luchan por lo necesario.
Así era Marcelino, un hombre al que la tierra abrazó sabiendo que había convertido lo necesario en posible a golpes de una vida en la que le tocó defender la libertad, combatir en una Guerra Civil, ser internado en los campos de concentración franquistas, huir desde Tánger al exilio argelino en Orán, donde conocer a Josefina, casarse con ella, volver a España tras su indulto en 1957, para comenzar a trabajar en la Perkins. Lee el resto de esta entrada »