Vivimos tiempos de clausura decretada en la administración española, que obliga a recurrir al torno conventual para comprar cualquier servicio, pedir cita previa, llamar a infinidad de teléfonos que no contestan y que cuando lo hacen, ocasionalmente, nos permiten escuchar una voz digital metálica que nunca te lleva a ninguna parte, nunca te ofrece solución alguna, más allá del vuelva usted mañana, llame usted más tarde.
De pronto creí entender
(fue como una iluminación repentina)
que si tengo firma digital puedo realizar un montón de gestiones oficiales que me podrían ahorrar el disgusto de las llamadas al vacío, entablar diálogos de besugo sordo con máquinas inteligentes entrenadas para la distracción, la tortura del torno. Pero no.
Para empezar, la tramitación online del famoso certificado es sólo accesible a internautas nivel usuario avanzado. Para empezar hay que descargarse navegadores de versiones anteriores al que tienes descargado y actualizado, no cualquier navegador funciona, hay que tener paciencia, teclear lo mismo muchas veces, hasta que después de muchos tutoriales y ensayos, alguien con Inteligencia Artificial, se acuerda de ti y te da el visto bueno.
El pasado martes leí un hermoso artículo titulado Diez años sin Marcelino, firmado por su hija Yenia y su hijo Marcel, junto a Salce Elvira y Agustín Moreno, sus más queridos hijos sindicales en las Comisiones Obreras. Después de la lectura, que se detiene en cuanto ha ocurrido a lo largo de estos diez años en recortes laborales, sociales, de pensiones, no sé qué más puedo añadir, de no ser porque, de nuevo, el incansable Montagut me pide que escriba algo sobre Marcelino para El Obrero.
Para empezar sólo puedo sumarme a la voluntad que siguen manteniendo viva los firmantes, al citar a Marcelino,
-Lo posible es lo que nos permiten y lo necesario lo que debemos hacer. Lo posible es de personas cuerdas, lo necesario es de locos utópicos. Quienes cambian el mundo son aquellos que luchan por lo necesario.
Así era Marcelino, un hombre al que la tierra abrazó sabiendo que había convertido lo necesario en posible a golpes de una vida en la que le tocó defender la libertad, combatir en una Guerra Civil, ser internado en los campos de concentración franquistas, huir desde Tánger al exilio argelino en Orán, donde conocer a Josefina, casarse con ella, volver a España tras su indulto en 1957, para comenzar a trabajar en la Perkins. Lee el resto de esta entrada »
Se ha hablado mucho, he hablado mucho, he escrito bastante, sobre el brutal golpe de la pandemia, las muertes de personas mayores en residencias, en sus domicilios, sobre las evidentes insuficiencias y alarmantes debilidades de nuestra sociedad, de nuestros sistemas de protección social y de atención a la dependencia, a las personas que más nos necesitan.
Nuestros mayores han sido las primeras y principales víctimas de ésta pandemia, quienes han perdido sus vidas, si tomamos en cuenta que el 95 por ciento de las personas fallecidas tiene más de 60 años. El covid-19 ha sido cruel con las personas mayores en lo inmediato, pero creo que, cuando la pandemia pase de largo, no serán nuestros mayores las quienes sufran las peores consecuencias que nos deje.
Ciertamente la generación de los milennial lo ha pasado mal para abrirse camino y situarse en un mundo cada vez más complejo, endurecido y competitivo (no confundir con competente), han vivido profundos cambios tecnológicos, han pasado la frontera del siglo y del milenio, sus miembros comenzaban a tomar el relevo generacional, especialmente desde que se desencadenaron las primaveras árabes en el Norte de Africa, desde el Sahara a la plaza Tahrir en El Cairo, el 15-M español, los indignados franceses, Occupy Wall Street, Chile, Colombia, México, las aplastadas expresiones de descontento en China, o la plaza Syntagma en Atenas. Lee el resto de esta entrada »
Nos encontramos de lleno en la cuarta revolución industrial y ya hay quienes amenazan con la llegada inmediata de la quinta, sin solución de continuidad. La primera revolución fue aquella que analizó Carlos Marx, la de los motores de vapor, el ferrocarril, las grandes fábricas industriales que sustituyeron a los talleres artesanos.
La que creó el proletariado y dio el poder a la burguesía a base de quemar carbón y concentrar capitales, la que trajo cambios profundos en la vida de las gentes que fueron descritos perfectamente por Friedrich Engels, simplemente con estudiar las condiciones de vida de la clase trabajadora de Manchester, donde su padre era propietario de una fábrica textil.
La segunda revolución nos trajo la masiva producción de bienes en cadena, el fordismo, la fabricación en serie, el desarrollo de nuevos combustibles, nuevas energías, nuevos medios de comunicación y de transporte, las grandes factorías, la mano de obra cualificada. Lee el resto de esta entrada »
Se pongan como se pongan y aunque salga el sol por Antequera, Madrid se ha convertido en capital europea del COVID-19. La segunda oleada de la pandemia ha pillado al gobierno madrileño sin haber aprendido nada y sin haber hecho los deberes. De nada vale que vayan dando los datos al ritmo más favorable, de forma que un día hay mucha incidencia y al siguiente se rebaja notablemente, porque cuenten como cuenten estamos a la cabeza de Europa.
De nada sirve que se hagan tests con criterios más restrictivos para que, haciendo menos pruebas aparezcan menos casos. Hagan lo que hagan seguimos en cabeza del desastre. En toda España van mal, pero en Madrid mal que peor. Lee el resto de esta entrada »
Vivimos más años, pero eso no significa que vivamos mejor. La pandemia nos ha demostrado que la vida de nuestras personas mayores estaba en peligro y no teníamos con qué defenderla. En el caso de España más del 95% de las personas fallecidas por coronavirus tenían más de 60 años.
Tal vez, antes de la tormenta, podríamos haber pensado en hacer fáciles los días de sus vidas, pero convertimos en negocios sus años. Dimos la espalda a la vejez, a la muerte y nos volcamos en la vida eterna mientras dure, mientras dure el dinero y la juventud, o al menos el gimnasio y la clínica dermoestética, o la cirugía plástica, mientras el cuerpo aguante.
Quiero pensar que hemos aprendido, pero es posible y más que probable que no sea así, por eso vamos a necesitar aprender a escuchar entre tanto ruido, escuchar a las personas, escuchar a las personas mayores. Claro que necesitamos nuevos productos farmacéuticos, claro que vamos a necesitar mucha tecnología médica puntera, cada uno de esos inventos necesita abundante inversión que debe ser recuperada con precios extraordinariamente altos. Pero sobre todo vamos a necesitar que la innovación, la investigación y la inversión acudan deprisa a tapar el hueco de la atención personal de las personas mayores. Lee el resto de esta entrada »
La Confederación Sindical Internacional (CSI-ITUC), conmemora cada 7 de octubre la JMDT (Jornada Mundial del Trabajo Decente). Hay que recordar que la International Trade Union Confederation (ITUC-CSI) nació en Viena el 1 de noviembre del año 2006 para aglutinar a dos de las tres grandes organizaciones sindicales mundiales: la CIOSL (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres) y la CMT (Confederación Mundial del Trabajo).
Los orígenes de los cientos de organizaciones nacionales integradas en la nueva Internacional del Trabajo eran muy diversos y plurales, desde los sindicatos laicos, a los socialistas, cristianos, o progresistas. Necesitaban un momento anual en el que reivindicar aquello que les había unido: el trabajo de calidad, con derechos, seguro, sin riesgos, lo llamaron Trabajo Decente y eligieron el 7 de octubre de 2008 como primera Jornada Mundial para reivindicar los derechos del trabajo. Lee el resto de esta entrada »
El COVID19 trajo de nuevo la recesión, pero mucho más allá de la caída de la riqueza de las naciones, ha golpeado a las personas, en su salud, en sus empleos, en sus relaciones, en su vida cotidiana. Ha golpeado a las empresas, a los gobiernos, a la política de cada país y a la política internacional.
La pandemia no ha venido sola. Tiene lazos y conexiones con un modelo económico agotado y agotador, insostenible, que acaba con la biodiversidad, que lo contamina todo, el aire, el agua, los océanos, que produce desechos, residuos, basura, que se encuentra como componente brutal del cambio climático.
El Coronavirus nos ha desvelado definitivamente que el desarrollo humano no es necesariamente crecimiento, nos ha puesto ante la evidencia de que las personas somos parte de la vida de este planeta y que cuidar la vida, mimarla, preservarla, es nuestra principal tarea como seres vivos. Lee el resto de esta entrada »
Sí, parece que una de las secuelas dramáticas del COVID-19 es la pérdida de memoria. No son pocos los pacientes que presentan síntomas neurológicos, “cambios microestructurales cerebrales”, dicen los médicos, que implican pérdida de memoria meses después de haber superado la enfermedad.
Son muchos los pacientes que sufren trastornos neurológicos, en forma de agitación, confusión, desorientación, delirio, psicosis, encefalitis, pérdidas de memoria, o accidentes cerebrovasculares, hemorragias. Los profesionales médicos han tenido que aprender sobre la marcha a multiplicar las estrategias para combatir primero los daños pulmonares y circulatorios y más tarde los daños neurológicos, entre otros. Lee el resto de esta entrada »
El día 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas Mayores. Hace poco eran viejos, ancianos, alguien decidió cambiar las palabras, tal vez con la intención de que dar otro nombre a las cosas cambia la realidad, así, sin más ni más, así, como si fuéramos dioses y nuestras palabras cambiaran el mundo a nuestro gusto. Por eso, no viejos, no ancianos, sino personas mayores, personas de edad.
Es una idea de la ONU, desde 1991, capicúa, como parte de esas ansias bondadosas, bienintencionadas, buenistas, de dedicar un día a cada problema, para que ese día se hable del asunto en los medios de comunicación y las instituciones, ONGs, empresas, realicen declaraciones, inauguren cosas, presenten informes, cosas que remuevan conciencias, las tranquilicen después y las olviden el resto del año.
No soy un negacionista de los días mundiales, o internacionales, más bien al contrario, procuro aprovecharlos para leer sobre el asunto conmemorado, pensar un poco, sacar conclusiones, hablar del problema y hasta cabrearme, eso que algunos llamaron un buen día indignación. Procuro, incluso que la indignación vaya más allá de un día, una primavera y se mantenga en el tiempo. Lee el resto de esta entrada »