Hay quien se pregunta por qué es necesario firmar hoy un Acuerdo con Esperanza Aguirre. Con la que está cayendo, con el lío de Cajamadrid. Con los escándalos de espionaje en plena ebullición. Con el conflicto abierto en los Servicios públicos. Porqué firmar un Acuerdo en el que el único Acuerdo es que abrimos dos mesas de negociación, con un temario para cada una de ellas. El Acuerdo consiste en el compromiso de sentarse a negociar para alcanzar acuerdos.
Ciertamente no es mucho. Es un poco más que la declaración que firmamos hace más de medio año, tras la cual no se dio un solo paso negociador. Para firmar este acuerdo tan de mínimos hay 345.000 razones. El número de personas paradas en la Comunidad de Madrid a finales de 2008. Cada día hay 320 razones, que es aproximadamente el número de personas que pasa a engrosar las listas del paro. El mismo día que firmábamos el Acuerdo los trabajadores de ROCA se concentraban ante la amenaza de perder sus puestos de trabajo.
Constituir dos mesas de negociación no es mucho, pero si abren alguna vía para mejorar la estabilidad del empleo, para reforzar los servicios públicos de empleo, para atender mejor a los trabajadores desempleados de empresas en crisis, para mejorar la formación profesional y para el empleo. Si sirve para que los colectivos más precarizados (las mujeres, los jóvenes, los inmigrantes, los mayores de 45 años, las personas con discapacidad) encuentren nuevas oportunidades de empleo. Si sirve para dinamizar la industria, el comercio y la hostelería, el turismo, consolidar el sector de la construcción. Para apoyar a las pequeñas y medianas empresas y avanzar en la innovación tecnológica.
Si el acuerdo aporta algo en un momento de crisis profunda y dura probablemente larga, como la que vivimos, CCOO daremos por bien empleada esta firma.
Vivimos en un Madrid muy complicado, inmerso en conflictos económicos, políticos y sociales de profundo calado y cuyas consecuencias no podemos predecir.
El diálogo social no es paz social. No es desaparición de los conflictos. El diálogo social no elimina los conflictos generados por intereses diversos en confrontación. No es claudicación, ni renuncia. Por el contrario, el diálogo social supone admitir el conflicto y gobernarlo. Solucionar los conflictos desde la negociación y la búsqueda del acuerdo. El diálogo social es, a nuestro entender, un factor determinante de las ventajas comparativas de una Región en un mundo globalizado.
Tras más de dos años de bloqueo del diálogo social, en Madrid, por decisión unilateral y sin precedentes, del Gobierno Regional, el que acordemos reuniros en torno a dos mesas sobre las cuales se encuentran los problemas reales que afectan a la vida cotidiana de las familias madrileñas, no es mucho, pero no es banal, ni intranscendente.
En todo caso, para las Comisiones Obreras, es la responsabilidad que nos toca asumir en estos momentos. La que los trabajadores y trabajadoras nos reclaman cada día. La misma responsabilidad que esperamos de cuantos se sentarán junto a nosotros en esas mesas.
Francisco Javier López Martín
Secretario General CCOO de Madrid