Los mercados amenazan con convertirse en un falso mantra que lejos de liberar nuestra mente la condenan a una continua incertidumbre, a un camino sin destino.
Mantra es una palabra, un sonido, que repetido de forma continua, libera la mente de los pensamientos confusos que la atormentan. Sin embargo la continua repetición de la palabra mercados serena muy poco el atormentado devenir de la crisis que nos azota sin cesar. No aleja la confusión de las amenazas constantes que planean sobre nuestras vidas.
Hay quines, para añadir confusión a la confusión nos explican que los mercados somos nosotros. Nosotros somos el río de dinero que circula por el mundo, abandonando unas tierras para ir a regar otras más productivas. Nosotros, como portadores de dinero que depositamos en bancos, fondos de inversión y fondos de pensiones somos el mercado. Los causantes últimos, por tanto, de nuestros propios males.
Visto así, las “exigencias de los mercados”, son autoexigencias y las “necesarias reformas y ajustes “son nuestras propias necesidades”.
El falso mantra de “los mercados”, mil veces repetido, funciona como un excelente mecanismo para aceptar una realidad incuestionable, porque nosotros somos su origen.
Sin embargo basta pensar un momento para comprender que el silogismo no tiene base razonable alguna. Nosotros tenemos dinero que metemos en los bancos o en fondos de pensiones. Es cierto.
Nosotros llevamos ese dinero de un sitio a otro. Eso ya no es cierto. El dinero lo mueven altos ejecutivos, que no necesariamente trabajan para nosotros. Llegan a sus puestos utilizando influencias, ganan fortunas por ser quienes son y estar donde están. Cuentan con contratos blindados que les garantizan grandes beneficios, primas, pensiones y altísimas indemnizaciones por despido. Si se producen ganancias ganan mucho dinero. Si se producen pérdidas ganan mucho dinero.
Los mercaderes que dirigen los mercados se comportan como plagas de langostas que arrasan las cosechas. Viven en el pecado permanente de la usura. Trafican con vidas humanas en pos del beneficio personal.
Europa es hoy la cosecha en la que han recalado. Sus baterías apuntan directamente a un modelo económico y social que les resulta apetitoso. Cada acoso a un país europeo, ya sea Grecia, Irlanda, Portugal o España es tremendamente productivo para ellos. Socavan sin piedad, la educación, las prestaciones por desempleo, el Estado social y del bienestar.
En lugar de reforzar su precaria unidad política y económica, Europa condena a cada país de la Unión a afrontar los ajustes y sacrificios que imponen “los mercados”, sin tomar conciencia de que son insaciables y que su punto de mira no es éste o aquel país, sino Europa en sí misma. Los mercados sobre Europa y los mercaderes sobre la política y sobre la democracia misma.
La sociedad no va a permanecer callada, pero las dificultades de la sociedad para hacer frente a “los mercados”, son evidentes. Europa es una unidad monetaria sin unidad política y sin articulación social a nivel europeo.
Hasta los sindicatos, organizados en torno a la Confederación Europea de Sindicatos (CES) tenemos serias dificultades para poner en marcha respuestas que desborden las fronteras nacionales. El 29-S fue una Jornada de Movilización Europea, con una Huelga General en España, una manifestación europea en Bruselas y algunas manifestaciones nacionales.
Cada país ha respondido, desde una lógica nacional a las políticas de ajuste de sus gobiernos en función de las exigencias de los mercados. Huelgas en Grecia, Francia, España, Portugal, Manifestaciones en Irlanda, Italia, Gran Bretaña.
Entre la Europa de los mercaderes, el euroescepticismo de muchas fuerzas políticas europeas y la incapacidad de construir una Europa Social, no es fácil una respuesta política y social que frene la agresión y el acoso de los altos ejecutivos de los mercados.
Pero en ello estamos. La próxima cita, la convocatoria de la CES, de una jornada de movilización europea el 15 de Diciembre. Una Jornada que UGT y CCOO hemos decidido que tenga culminación el 18 de Diciembre con manifestaciones de trabajadores y trabajadoras, ciudadanos y ciudadanas, en todas las capitales.
El sábado 18 de Diciembre, a las 12 de la mañana de Neptuno a la Puerta del Sol, te esperamos. Todos somos necesarios para poner fin a esta interminable serie de golpes bajos que la plaga de mercaderes-langosta, desencadenan sobre nuestras vidas y nuestro trabajo. Si no lo hacemos nosotros nadie lo hará por nosotros. Todos al 18-D
<Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid