EL PENSIONAZO QUE VIENE

septiembre 30, 2013

pensiones

El Gobierno de España, plegado a los deseos insaciables de los burócratas que  manejan la Unión Europea, al dictado de la señora Merkel, se ha comprometido a reformar las pensiones, poniendo en riesgo uno de esos temas que deberían verse alejados de las tensiones económicas y políticas de cada momento. Tirar por la borda el aún reciente Acuerdo de Pensiones, para sustituirlo por una imposición más, no tiene justificación alguna y vuelve a poner en solfa el diálogo social, que había presidido los sucesivos acuerdos políticos y sociales en esta materia.

Este Gobierno es cada vez menos fiable. Intentar vender complicados índices de revalorización de las pensiones y espesas fórmulas para determinar el factor de sostenibilidad, que se mire por donde se mire, siempre terminan por producir pérdidas del poder adquisitivo, es un empeño condenado al fracaso, pero en ello siguen, intentando convencer de lo inexplicable e indefendible. Intentando convencernos de que las pensiones no bajarán nunca, aunque siempre queden por debajo de la subida del coste de la vida.

CCOO ha elaborado un Informe sobre el Anteproyecto de Ley Reguladora del Factor de Sostenibilidad y el Indice de Revalorización de las Pensiones, que deja meridianamente claro que las intenciones del Gobierno pasan más por recortar las pensiones que por asegurar su futuro.

Si de verdad les preocupase el futuro de las pensiones y las dificultades en tiempos de crisis podrían plantearse otras alternativas que les hemos sugerido y planteado abiertamente. Como medida de choque, en un momento de crisis y disminución de ingresos, se podrían incrementar las cotizaciones sociales. Un incremento de 2 puntos en cotizaciones podría permitir un incremento anual de los ingresos de la Seguridad social de entre 6.000. y 7.000. millones de euros. Incrementar las cotizaciones sociales debería verse acompañado de un incremento del Salario Mínimo Interprofesional y el final de unas políticas gubernamentales y patronales que imponen la congelación salarial y el despido libre, como casi únicas medidas para combatir la crisis, impidiendo con ello la reactivación económica.

Progresivamente, se podrían aumentar los ingresos, incrementando la base máxima de cotización. Permitiría mejorar las pensiones futuras de esos cotizantes y aportar recursos en este momento. Subir progresivamente hasta un 15 por ciento la base máxima, permitiría ingresos anuales adicionales por valor de 1.900 millones de euros.

El Acuerdo de Pensiones de 2011 contemplaba ir acercando las bases medias de cotización de los trabajadores y trabajadoras autónomos  a los del Régimen General. De forma progresiva podríamos alcanzar unos 7.000 millones adicionales de ingresos cada año. Además hay que hacer que las cotizaciones se produzcan de acuerdo a los ingresos reales y no a estimaciones que permiten planificar y elegir la cantidad que se cotiza.

Los gastos del personal de la Seguridad Social deberían de correr a cargo del Estado, es decir de los impuestos, como ocurre en el resto de la Administración y no de los recursos procedentes de las cotizaciones sociales, que deberían destinarse exclusivamente a las prestaciones.

El Estado debería renunciar a financiar políticas activas de empleo con deducciones de las cotizaciones sociales. Las contrataciones pueden ser bonificadas, pero no a costa de reducción de ingresos de la Seguridad Social. Estas deducciones fiscales han impedido ingresos de 600 millones de euros en la Seguridad Social, tan sólo en 2013.

Reactivar la economía y apostar por el empleo es fundamental para asegurar las pensiones. Por cada millón de personas en el paro, perdemos 5.000 millones de ingresos en la Seguridad Social. Crear empleo es la clave de futuro de nuestras pensiones, porque el empleo es la sostenibilidad del sistema y no las fórmulas más o menos ocurrentes.

Otro elemento importante es el elevado volumen de fraude. Al menos el 20 por ciento de nuestro Producto Interior Bruto se mueve en actividades no declaradas. La economía sumergida, el salario en negro, suponen un mínimo de 11.000 millones de euros que no ingresan en la Seguridad Social.

Tal vez sería el momento de plantearse, en el marco del Pacto de Toledo, que determinadas prestaciones vinculadas a la muerte o supervivencia, fueran abonadas desde los impuestos y no desde la Seguridad Social.

Con todo, lo más urgente, consiste en luchar contra el fraude fiscal. España tiene un sistema impositivo similar al europeo. El problema es que la tolerancia con el fraude fiscal es  mucho mayor en nuestro país, que en el resto de nuestro entorno. Nuestro sistema fiscal, además contempla numerosos supuestos de deducciones y desgravaciones que benefician a los grandes patrimonios, grandes fortuna, grandes empresas, que terminan por impedir la captación de los recursos necesarios.

El Gobierno no justifica su proyecto. No aclara el impacto económico de sus fórmulas e índices. No aporta estimaciones de empleo, PIB, inflación, evolución de altas y bajas en la Seguridad Social, número de pensionistas. Las fórmulas que aportan son, en este contexto, arbitrarias, incongruentes, injustas. De hecho, el proyecto supone entrar a saco en los acuerdos de 2011 y modificar los objetivos, parámetros y fechas para determinar el famoso factor de sostenibilidad.

El factor de sostenibilidad se concebía como un elemento para atender retos estructurales  en el futuro de las pensiones. Ahora, el Gobierno cambia el factor de sostenibilidad y lo utiliza para resolver una situación coyuntural enmarcada en la crisis económica. Fija todo su objetivo en contener el gasto, sin actuar en absoluto sobre los ingresos. Lejos de apartar las pensiones del debate electoral y partidista, lo sitúa en el centro del mismo. Lo menos oportuno, lo menos aconsejable.

Si algo es incuestionable con esta propuesta, es que las pensiones perderán, sistemáticamente, poder adquisitivo. El gasto en pensiones, entre 2013 y 2022, se reducirá en 33.500 millones y 5.000 millones adicionales cada año, a partir de esa fecha, según el propio Gobierno, en el supuesto más optimista. Pero si la inflación fuera superior al 1 por ciento, el recorte podría alcanzar casi los 84.000 millones de euros.

El pensionazo que prepara el Gobierno no asegura el poder adquisitivo de las pensiones, produce un recorte brutal de recursos, que tendrá efectos negativos sobre la reactivación económica. Un recorte injusto e injustificado, que rompe el pacto entre generaciones y que pone en peligro uno de los pilares del Estado Social y Democrático de Derecho que establece nuestra Constitución.

Nuestros pensionistas actuales y futuros no merecen este trato. La sociedad española, la política, que habían conseguido armar un Pacto de Toledo que exigía el acuerdo, el consenso, no  merecen este trato. El Gobierno vencerá en el Parlamento, pero no convencerá y deteriorará la imagen de la política y la confianza en los políticos. Un escenario nada positivo en los momentos que corren. La mayoría absoluta no justifica estos procedimientos, ni estas prácticas,  ni estos desprecios, ni esta política.

Francisco Javier López Martín


EL DIVISIONARIO. UN RELATO MINERO

septiembre 24, 2013

la foto (1)Como tantas noches, me encontraba revisando los correos electrónicos, las cartas, los documentos, que habían llegado a lo largo del día. Una tarea que es imposible de realizar en el fragor de la actividad cotidiana y que se acumula, la mayor parte de las veces, para ese momento de la noche en el que el silencio se apodera de la casa y puedes sentarte un momento tranquilo. Horas robadas al sueño, a la lectura, a la escritura…
Esa noche me detuve en un correo enviado por la Fundación Juan Muñiz Zapico de CCOO Asturias. Una Fundación que lleva el nombre de uno de los encausados en el Proceso 1001 por formar parte de la dirección clandestina de las CCOO, reunida en el convento de los Oblatos de Pozuelo de Alarcón y detenida en Junio de 1972.
El juicio dio comienzo en Diciembre de 1973. El mismo día en el que se produjo el asesinato de Carrero Blanco, lo cual termino dando lugar a unas condenas desproporcionadas, de decenas de años de cárcel, si tenemos en cuenta que el único delito cometido por aquellos hombres era el de pertenecer a una organización sindical que luchaba pacíficamente por los derechos de las personas trabajadoras.
Juan Muñiz Zapico, terminó muriendo trágicamente, años después, en un accidente de tráfico y los compañeros y compañeras de Asturias decidieron dar su nombre a una Fundación que, entre otras muchas actividades, convoca un premio anual de microrrelatos mineros, que lleva el nombre de otro líder sindical, Manuel Nevado Madrid, cordobés de nacimiento y asturiano de adopción, que trabajó en el Pozo María Luisa y que se convirtió en el líder sindical minero. Es precisamente a esos hombres y mujeres de la minería a los que rinde tributo este concurso literario.
Tenía la convocatoria del concurso entre las manos. Me asaltó la idea de escribir sobre aquella reunión en la mina de la Camocha, en la que una Comisión Obrera de los trabajadores en huelga, se las veía con los representantes de la empresa Solvay y con los del Gobernador Civil. Lo que no tenía era tiempo. Pero era un microrrelato y después de despachar el resto de documentos, me puse a escribir de un tirón este relato, intentando ponerme en la piel del único de los cinco miembros de la comisión obrera del que no conocemos el nombre.
No se si, la de la Camocha, fue de verdad la primera de las Comisiones Obreras que los trabajadores creaban y disolvían, ante cualquier conflicto en las minas, las empresas industriales, o los tajos de la construcción,hasta que se fueron creando Comisiones Obreras más estables, para coordinarlas después y dar origen a una fuerza sindical que, a principios de los sesenta, ganaba las elecciones sindicales en el sindicato vertical franquista. El hecho es que esta Comisión Obrera se crea en 1957, el año de mi nacimiento y me resulta, tal vez por ello, más mítica y cercana.
Mandé el relato y a los pocos meses recibí una comunicación de que el jurado había decidido conceder a mi relato una Mención especial al Testimonio Histórico, por lo cual sería publicado en el libro del IX Concurso de Microrrelatos mineros. Hoy tengo entre mis manos el libro. Como bien sabemos la mayoría de los que alguna vez nos hemos adentrado en la narración, o la poesía, no hay mejor premio que ver publicado aquello que has escrito.
Gracias, por tanto, a la Fundación Juan Muñiz Zapico, por este hermoso regalo, que ahora dejo, a su vez, en vuestras manos, por si pudiera suscitar vuestro agrado, interés y disfrute, en una de esas noches en las que, arrancando tiempo al sueño, decidís dedicar un par de minutos a la lectura.

EL DIVISIONARIO.

La verdad es que me estaba preguntando que coños pintaba yo allí, acusado de ser comunista, cuando todos sabían, incluidos los de Solvay y las autoridades presentes, que mi único pecado era ser el hijo póstumo de un socialista que marchó a la Guerra y no volvió nunca más.

Las cosas se nos estaban yendo de las manos. Los representantes del Gobernador Civil, no estaban allí por casualidad. Oviedo no está lejos, pero en la parroquia de la Vega no los habíamos visto nunca. Tras nueve días de huelga, estaba claro que preparaban una escabechina y qué mejor que estos cinco cabecillas que se hacen llamar Comisión y actúan en comandita.

En mala hora me había dejado embaucar por Casimiro, tras escuchar al piquito de oro de Galache y las brabuconadas de Terneiro, que para colmo era gallego y falangista. Aunque el verdadero culpable de todo era yo. Mira que le di vueltas. Fue la amistad con el Quicu la que terminó de decidirme. Era mi amigo, de la JOC y picábamos codo con codo.

Ahora nos acusaban de comunistas, osea, lo peor de lo peor. Estábamos jodidos, bien jodidos.

Fue entonces cuando, sin previo aviso, en mitad de la reunión Terneiro se desabrochó la camisa y comenzó a señalar una por una sus cicatrices mientras gritaba que a un hombre que había luchado en el frente ruso junto a los nazis, a un divisionario, no había otro hombre con cojones de llamarle comunista.

Ahí cambiaron las tornas. Los de Solvay y los del Gobierno Civil se intercambiaban miradas desconcertadas. Alguien pidió disculpas, rogó serenidad y empezamos a hablar de los silicóticos, de los destajos, de las galerías inundadas. Casimiro Bayón sonreía. Mi padre, también sonreía. Seguro que sonreía.

Francisco Javier López Martín


la tierra de los nadie 67 «la mirada es …

septiembre 21, 2013

foto: Fran Lorente


La mirada es distinta en la tierra de los nadie.
No es tan sólo cuestión de distinta perspectiva,
ni de una luz dislocada en sus atardeceres.
Me refiero a ese pozo sin fondo de sus ojos
.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


LA FORMACION PROFESIONAL A DEBATE

septiembre 17, 2013

1488_FPLa España que hoy somos es el resultado de un complejo Pacto Constitucional alcanzado hace casi 35 años, que se vio precedido por unos Pactos de la Moncloa que afrontaron una situación de crisis galopante caracterizada por subidas de precios desbocadas, un paro galopante, un tejido productivo obsoleto y una carencia de instrumentos de protección social, equiparables con Europa, que ponían en riesgo nuestra viabilidad como país.
En aquel momento intercambiamos sacrificios salariales a cambio de libertad y derechos laborales y sociales. La Sanidad que hoy disfrutamos, las pensiones de nuestros mayores, la protección por desempleo, los servicios sociales y la atención a la dependencia, el sistema educativo, son frutos de aquel momento histórico.
La crisis financiera, transformada en crisis económica, de empleo, política y social, no puede ser utilizada por algunos para desmontar estos logros y producir un cambio del modelo de sociedad, rompiendo con ello el pacto constitucional. Al igual que no es justo negar los avances producidos a lo largo de estos 35 años.
Es hora de corregir errores, insuficiencias y malas prácticas enquistadas, pero no de tirar por la borda más de tres décadas de construcción de convivencia democrática. Es el momento de revisar nuestro modelo productivo y aprender a administrar con eficacia, eficiencia y transparencia, los siempre escasos recursos, con el objetivo de consolidar el Estado Social y Democrático de Derecho. Un Estado que no se sostiene con tasas de paro superiores al 27 por ciento, con más de la mitad de nuestra juventud en el desempleo, con recortes permanentes de derechos y con una situación de corrupción muy generalizada.
La educación es un0 de los derechos constitucionales que tenemos que preservar a toda costa de los efectos de esta crisis. Como derecho de las personas y como necesidad de nuestra economía para asegurar el futuro de nuestras empresas. Parece que todos somos conscientes de ello, en el discurso y sobre el papel, que todo lo aguanta. Pero la realidad es que volvemos una y otra vez a las fórmulas mágicas, que no solucionan los problemas.
La fórmula de moda es el modelo de formación dual alemán, sin tomar en cuenta que nuestro tejido económico es muy diferente del alemán y que difícilmente podemos generalizar ese modelo, más allá de la gran empresa. En España el 95 por ciento de las empresas cuenta con menos de 10 trabajadores y, en ese caso, el modelo dual tiene serias dificultades para generalizarse.
Casi todo está inventado. El modelo alemán cuenta con la compañía de otros modelos de formación para el empleo, como el francés, el danés, el austriaco, el suizo. También hay un modelo español, que no está tan mal, si tenemos en cuenta que el alto paro no depende de las estructuras de formación, sino muy al contrario, de las estructuras empresariales y productivas de nuestro país. Arrasar nuestros logros en materia de Formación Profesional y para el Empleo, constituiría un grave error. Adaptarlos, tomando en cuenta otras experiencias enriquecedoras, me parece el camino más acertado.
La Formación Dual alemana tiene elementos muy positivos. Durante el proceso de formación aprendes un oficio. Prepara para la inserción laboral, en muchas ocasiones en la propia empresa donde realizas las prácticas. Cuentas desde el primer momento con un contrato laboral. Si el salario es bajo, el Estado lo complementa, en determinadas condiciones, hasta alcanzar casi los 1000 euros. Si a ello le unes una política de alquiler barato de viviendas, aseguras la emancipación de muchos jóvenes. Existe una intensa relación de las empresa con los centros de formación profesional, estableciendo claramente el papel del profesorado en los centros y de los tutores en las empresas.
Pero,sin duda, algunos de los elementos más positivos se encuentran en el compromiso de empresas, administraciones y sindicatos. En el papel de la negociación colectiva de empresarios y sindicatos, en las propias empresas y en los sectores productivos, que permite establecer necesidades formativas y planes de formación y en el compromiso económico de las empresas, que corren con la mayoría de los gastos que produce el sistema.
Además el sistema de formación dual se somete a la evaluación de lo conseguido, la eficiente aplicación de los recursos y el nivel de satisfacción de los alumnos y las propias empresas.
Retengamos esos elementos positivos e intentemos llevarlos a la práctica en un país que se encuentra sumido en una profunda crisis económica y de definición del futuro productivo que queremos tener. Esa debería ser la primera tarea, definir qué país queremos en los próximos 30 años. Un país de casinos, o un país innovador en sus productos y de alta calidad en sus servicios. Un país con empleos precarios y temporales, o con empleos estables, seguros y con derechos.
Reforcemos la negociación colectiva para que los empresarios y los trabajadores y trabajadoras podamos establecer las necesidades formativas y los planes de formación necesarios para cubrir esas necesidades. Aseguremos los recursos que necesitamos. Evitemos la competencia estéril entre ministerios de Educación y Empleo y entre la Administración Central y la de las Comunidades Autónomas. Establezcamos mecanismos para fomentar la relación de las empresas con los centros de formación profesional. Aprovechemos todos los recursos de Formación Profesional, Educación de Personas Adultas, políticas activas de empleo, formación para el empleo, universidades, para asegurar la acreditación y certificación de conocimientos.
Establezcamos un mecanismo para registrar los conocimientos adquiridos por cada persona a lo largo de toda la vida. Seamos transparentes en la gestión de los recursos y serios en la evaluación del sistema para detectar insuficiencias y corregirlas a tiempo, evitando que se conviertan en crónicas.
La tarea que tenemos por delante es muy intensa, dura y, sin duda, larga en el tiempo. Pero creo que tenemos la obligación de apartar la formación del debate partidista y de la crisis política general, para situarla como un elemento de consenso que nos permita superar la crisis y asegurar el derecho de las personas a la educación, la cualificación profesional, al tiempo que preparamos unas empresas más sólidas porque cuentan con personas cada vez mejor formadas.
La formación no va a asegurar que salgamos del embolado en el que nos hemos metido como país, pero sin un buen sistema de formación profesional es seguro que no hay futuro y que las salidas que se produzcan serán en falso. Nuevas burbujas especulativas que prepararán una nueva crisis.
Si en peores condiciones otros los hicieron, no veo el motivo por el que debamos renunciar a nuestra voluntad de ser y de convivir en una sociedad libre, democrática y cohesionada. Esa es nuestra tarea. La que hoy nos toca. La ineludible.

Francisco Javier López Martín


ADIOS AL SUEÑO OLIMPICO

septiembre 16, 2013

adios olimpicoDicen que a la tercera va la vencida. El final del sueño olímpico ha demostrado que los refranes no siempre se cumplen. Lo peor es que nos habían explicado hasta la saciedad que éramos los favoritos. Hubo quien se permitió anunciar que teníamos más de la mitad de los votos garantizados. Todo ello ha contribuido a que la caída haya sido más dura y que la primera reacción haya sido airada, tras la inicial tristeza.
Vaya por delante que, de forma contraria a lo que pienso sobre Eurovegas, creo que la organización de unas Olimpiadas es una oportunidad para cualquier ciudad y, por ende, para su país. Eso sí, esas oportunidades casi siempre son dilapidadas, hasta el punto de que se cuentan con los dedos de la mano las ciudades que en los últimos tiempos han organizado unas olimpiadas y han sabido aprovecharlo, sin incurrir en un endeudamiento aún más terrible en tiempos de crisis. Barcelona suele plantearse como un buen ejemplo del aprovechamiento adecuado de unas Olimpiadas y Atenas es uno de los peores ejemplos de todo lo contrario, hasta el punto de pesar como una losa sobre la economía griega en tiempos de crisis.
Además, es cierto que el Comité Olímpico Internacional (COI) es una empresa privada, que funciona al margen de los gobiernos y se rige por unas lógicas internas que incorporan muy variados elementos de intereses y afinidades personales de todo tipo. Baste tener en cuenta que los poco más de 100 miembros del COI son elegidos de forma endogámica y de por vida. A partir de ese momento no responden ante gobiernos ni instituciones nacionales o internacionales. De ahí que puedan «vender» su voto muchas veces, en muchos sitios, para terminar votando, al final, en secreto, lo que más responde a sus intereses. Y esos intereses no son siempre económicos. A veces, factores como el trato que van a recibir los atletas se convierte en determinante.
A lo largo de estos días se han producido muchos análisis, más o menos interesados, que ponen el acento en el papel de Ana Botella, el desconocimiento del inglés de Mariano Rajoy, la austeridad pregonada por la candidatura madrileña, la crisis económica que atravesamos, el doping… Me atrevo a decir que, ya antes de la presentación de cada candidatura en Buenos Aires, las grandes decisiones estaban tomadas por cada mienbro del COI y que botaron a Madrid, a la primera de cambio, para que Tokio lo tuviese aún más fácil.
Madrid y España sabían perfectamente dónde íbamos y la naturaleza propia de quienes iban a tomar la decisión. Ya conocíamos a personajes como Alberto de Mónaco y algunos otros de sus compañeros de viaje. Por eso, independientemente de que consideremos que la responsabilidad del COI y otros, en nuestro fracaso, sea del 95 por ciento, del 30, o tan sólo del 50 por ciento, lo ciento es que nuestra responsabilidad, aunque sólo sea del 5 por ciento, constituye nuestro 100 por 100. Es todo cuanto pudimos y debimos corregir.
Que la inspiración te llegue trabajando, que la musa de la poesía te pille con un lápiz en la mano, cuando venga a visitarte. La suerte hay que buscarla, trabajarla. A Dios rogando y con el mazo dando. A quien madruga Dios le ayuda… Unas Olimpiadas son el colofón, el premio, el acompañamiento, pero nunca la solución. Se equivocan quienes consideran que unas Olimpiadas, por sí mismas, permiten solucionar nuestros problemas regionales o nacionales.
Nuestra oportunidad olímpica era 2012, pero Londres nos la arrebató, con unas olimpiadas de diseño. El Presidente del COI nos convenció de acudir a las de 2016, pero era casi imposible, aunque no nos lo dijera y eligieron Rio de Janeiro. Ahora podía haber sido realidad, pero sus intereses y nuestros errores han dado al traste con el sueño olímpico. En 2024, frente a ciudades europeas como París, Roma, y hasta alguna capital alemana, no parece el mejor momento.
Somos un país poco creíble y algunos miembros del COI han metido el dedo en el ojo, pero también en la llaga. Esas preguntas insidiosas sobre el control, o la permisividad, del dopaje en nuestro país. La desaparición de bolsas de sangre, como en el caso Puerto. Sobre la situación económica complicada que atravesamos, por no plantear directamente si no estamos defendiendo unas olimpiadas austeras ante la escasez de recursos de los que disponemos.
Han preferido una economía sólida, en un país estable, para acometer la organización de los Juegos Olímpicos, que depositar la confianza en un país en el que la economía deja mucho que desear, con un empleo temporal y precario, con los más altos niveles de paro de toda Europa y con un sistema social que se ve acorralado y en retroceso en materia educativa, sanitaria, de servicios sociales. Un país cuya clase política es impopular y donde no hay tiros, pero llueven sobres y no sólo en la sede central del PP.
Necesitamos recomponer la figura como país. Restablecer la confianza en la política, los políticos y entre cada sector amenazado que vuelca las responsabilidades en el de enfrente, o en el maestro armero. Necesitamos aclarar que bases de futuro económico y productivo queremos construir, tras la explosión de las burbujas financieras e inmobiliarias que sustentaban nuestro alto crecimiento.
Necesitamos dar trabajo y futuro a toda una generación de jóvenes y a cuantos han perdido su empleo y no tienen esperanza alguna de encontrar otro. Necesitamos un nuevo pacto de convivencia que asegure la libertad y los derechos laborales y sociales, por los que luchamos durante décadas y conseguimos alumbrar en 1978.
Y cuando hayamos hecho los deberes. Cuando hayamos expulsado a los mercaderes y los corruptos de la política y de la vida nacional. Cuando construyamos una cultura del trabajo bien hecho, del esfuerzo personal y colectivo, que no tiene por qué ser incompatible con la risa, ni con un carácter abierto y alegre.
Entonces, si lo hacemos bien, si elegimos el momento más oportuno, nos permitirán organizar unas Olimpiadas. Porque unas Olimpiadas son como la corona de laurel que se pone en la cabeza de los que ya son campeones, porque han luchado contra sí mismos y han ganado. Contra sus limitaciones y las han superado.

Francisco Javier López Martín


la tierra de los nadie 66 «apartir de las siete….

septiembre 14, 2013

foto: Fran Lorente


A partir de las siete una pléyade de amores
se cuela sin descanso por tu hilo telefónico.
Comienza entonces un juego de esquivas palabras,
que van trenzando en torno a mí un sutil laberinto
.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


HASTA SIEMPRE COMPAÑERO PRESIDENTE SALVADOR ALLENDE

septiembre 12, 2013

allende
Señor Presidente,
No quiero cargarle de más trabajo. Hoy ha sido un día intenso para Usted. Cientos de actos en su país, cantos, discursos, poesías. Miles de artículos en los periódicos, en los blog. Trending topic en millones de mensajes tuiteados por otros tantos millones de personas en Chile y en todo el planeta. Las redes sociales llevan hoy su nombre.

Atender toda esta tarea requerirá buena parte de la eternidad que tiene por delante. Por eso no seré largo y espero que tampoco pesado. Cuatro letras para agradecerle su vida y el momento de su muerte. Todo ese tiempo transcurrido. Veinte años son nada, pero cuarenta son toda una vida.

Me pilló el día de su muerte en el tránsito del instituto a la universidad. En la España de aquellos años, tan admirada por el militón que asaltó la Casa de la Moneda, empezabas a explicarte las cosas y tomar conciencia de la situación terrible del país, cuando entrabas a trabajar en una empresa y se te acercaban los de las Comisiones Obreras, o cuando entrabas en la universidad y transitabas por los círculos estudiantiles de las distintas tonalidades del rojo. Yo aún no había entrado en la universidad, ni tenía trabajo en una empresa, pero las iglesias, las asociaciones de vecinos, las pandillas, los centros culturales, eran como la educación infantil de la conciencia que estaba por llegar.

Leíamos cuanto caía en nuestras manos. Desde Cien años de Soledad, hasta los Diarios de Bolivia, pasando por Rayuela de Julio Cortázar, o La Peste de Camus.Aprendíamos a tocar la guitarra para atrevernos con Atahualpa Yupanqui, Serrat, Mercedes Sosa, Violeta Parra. Seguíamos atentamente los pasos, las largas marchas de los trabajadores y trabajadoras por todo el mundo.

Claro que admirábamos al Ché y a los guajiros. Claro que admirábamos al pequeño pueblo vietnamita, que resistía a todo un imperio. Pero aquí pesaba como una losa la Guerra Civil, el fracaso de la lucha guerrillera y la larga dictadura. Mayo del 68, la Primavera de Praga, los comunistas italianos, los sindicalistas de la CGIL, nos eran mucho más cercanos, accesibles. Como si nosotros también pudiéramos transitar esos caminos algún día no muy lejano.

Y en se llegó Usted a uno de los patios traseros de los Estados Unidos. Llegó con ese proyecto de construir un socialismo en libertad y democracia. Así de limpio. Un hombre mayor, nos parecía. Pero tremendamente joven, rodeado de jóvenes. La Cantata de Santa María de Iquique y Victor Jara, la Unidad Popular, Quilapayún, el pueblo unido jamás será vencido… Chile ocupó, de pronto, toda nuestra atención.

Poco dura la alegría en casa del pobre. Pronto vimos como el dinero imperial alimentaba las tensiones internas, las huelgas de camioneros y, lo peor de todo, preparaba, una vez más, un golpe militar contra cualquier intento de construir igualdad en libertad. Un Ejército chileno que nunca se había rebelado contra su gobierno y su pueblo. He leído estos días que para los Nixon y los Kissinger, Allende era un peligro más real, más contagioso, que Castro. Así debió de ser, si tomamos en cuenta la brutalidad del golpe y de la represión que se desencadenó a continuación y durante décadas.

Su muerte, la de Víctor Jara, la de Pablo Neruda. Las de cuantos fueron asesinados y torturados en el Estadio de fútbol de Santiago, en las calles, en las fábricas, en las minas, en los barrios. Las imágenes de los tanques, de los aviones, bombardeando el Palacio de la Moneda. Usted, con sus compañeros armados, mirando esos cielos levantiscos.

Le asesinaron, aunque fuera a la manera de Sócrates, a la manera de Séneca. a la manera de Neruda. Y después de su asesinato, llegaron miles de asesinatos. En Chile, en Argentina, en Uruguay, Paraguay, Brasil, Perú, Guatemala, Nicaragua, El Salvador… Latinoamérica toda. Porque aquel golpe fue la señal para abrir en canal las venas de América Latina y convertirla en un inmenso campo de concentración.

Según moría el dictador en España, nacían genocidas dictaduras por doquier en las colonias de los Estados Unidos. Según iba muriendo el dictador, fuimos acogiendo a miles de argentinos, chilenos, uruguayos, latinoamericanos, que encontraron en el exilio la única oportunidad de escapar a una muerte segura, con los que compartimos la tristeza y el dolor que traían consigo. Pero también la alegría de ver nacer aquí a sus hijos, verlos crecer junto a los nuestros. Aprendimos su cultura, nos contagiamos de sus acentos, disfrutamos sus comidas y sus cantos. Su alegría era la nuestra cuando vimos caer a los dictadores. Lloramos juntos cuando muchos de ellos volvieron a sus países para intentar reconstruir sueños perdidos.

Hoy, cuando el descrédito de la política se encuentra tan generalizado en nuestro país. Un descrédito ganado a pulso en muchos casos. Hoy, quiero agradecerle, Señor Presidente, que su memoria siga viva para recordarnos que hay otra política y otros políticos, cuyo compromiso con su pueblo llega hasta el mismo momento de la muerte. Políticos que también crean escuela y convierten la política, en uno de los oficios más dignos, cuando dignas son las personas que lo ejercen.

Por esas gentes, por esas maneras y esas formas tan suyas, por haberme permitido estudiar en la escuela de su memoria y su recuerdo. Por ese ideal de construir socialismo e igualdad en libertad y democracia. Por su fracaso, que tanto nos dice de la condición humana y de las miserias que gobiernan este planeta. Por las alamedas que nos hace soñar cada día… Gracias y hasta siempre compañero Presidente Salvador Allende.

Francisco Javier López Martín
Secretario de Formación Confederal de CCOO
Presidente de la Fundación Sindical Ateneo 1º de Mayo


la tierra de los nadie 65 «poesia es …..

septiembre 6, 2013

foto: Fran Lorente


Poesía es sentimiento con ritmo y con metáfora,
una extraña tersura de color en el viento
que se adentra en mi calle redimiendo papeles
y se encela en las copas desnudas de los árboles
.

Francisco Javier López Martín
Del poemario “La tierra de los nadie” ganador del Angel Urrutia Iturbe VII Poesia Lehiaketaren Irabazleari, Lekumberriko Udaletxeak


AL FINAL DEL VERANO

septiembre 4, 2013

20130904-225916.jpg

Hay que parar algunas veces. Dejar de escribir. Alejarse del mundo inmediato y conocido. Hay veces en la que, si es factible, hay que dejar de mirar ese pozo oscuro que todo lo devora en nuestro país.
No todos pueden hacerlo y tal es el sentido de culpabilidad que han conseguido sembrar en nosotras y nosotros, que hasta quien puede tomarse unas merecidas vacaciones, tras todo un año de trabajo, siente algo así como mala conciencia por conducir su coche, pagado con su salario, para largarse a un apartamento comprado en la playa. Por tomar un avión y pasar una escueta semana en una isla más o menos cercana. Por pasar unos días en el pueblo de sus padres.
Y, sin embargo, si es posible hay que hacerlo. Alejarse. Escuchar otras voces, a otras gentes. Otras maneras, otras formas. Coger el coche y trazarse una ruta, traspasar una frontera y escuchar en otros idiomas el mismo sufrimiento, parecidas preocupaciones. Apreciar otras políticas y a otros políticos, algunos de los cuales presentan su dimisión ante el más mínimo escándalo.
Si es posible, hay que ralentizar la atención constante a las noticias de cada día, abandonar la escritura del blog, la presencia en las redes sociales. Alejarse del martilleo constante del paro, de los conflictos laborales y sociales, las malas políticas y los malos políticos. De las miserias humanas y el fragor obsesivo de los tertulianos. De la corrupción como sistema y de los incontables sistemas para ser corruptos.
Aunque sólo sean unos días. Una, dos semanas. Aunque nada haya cambiado cuando vuelvas y los efectos anestesiantes del tratamiento duren tan poco, tras el regreso. Aunque tengas por delante todo un año, para que algunas de las imágenes que has acumulado en tu mente en estos días, ayuden a reparar los estragos del fuego que se ha desencadenado en las calles y en el tiempo cotidiano. Todo un año para recuperar el exilio pasajero de unas cortas vacaciones.
Pero es lo que hay. Volver a un mundo que se muere por inanición de ilusiones compartidas. Fragmentado en mil pedazos por una crisis que desangra a las gentes y emponzoña la convivencia. Volver a la precarización de los empleos, la conversión de la sanidad en un negocio. El deterioro del instrumento más potente para la igualdad de las personas, la educación. El paro por encima del 27 por ciento. El abandono de las personas dependientes. Las amenazas de debilitar las rentas y la vida de nuestros pensionistas.
Volver al pertinaz acoso tertuliano contra cualquiera que intente contradecir los deseos del poder. Volver a la corrupción transversal que contamina cada actividad humana en nuestro país. En distinto grado. Con distinta intensidad. Como una maldición bíblica, que ciega nuestro futuro.
No es extraño que sean cada vez más quienes eligen el exilio como destino. Exilio forzoso y obligado para encontrar una oportunidad de vida digna y decente. Exilio de nuestros jóvenes, pero no sólo de ellos.
Volver, tras las serpientes gibraltareñas de verano, a un mundo amenazado por la guerra.
Nos hemos hartado de tender la mano para buscar soluciones y sacrificios compartidos y nos hemos encontrado gobiernos secuestrados por esa Troika que componen la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo. Gobiernos sin otro margen de maniobra que recortar, para volver a recortar, al poco tiempo.
La crisis ha agotado un modelo de crecimiento y algunos han decidido romper el manoseado «consenso constitucional» para imponer un nuevo modelo social y laboral que nada tiene que ver con el que construyeron, hace ya casi 35 años, quienes protagonizaron la Transición de la dictadura a la democracia.
Y quienes hemos tenido el asueto de las vacaciones, quienes no lo han podido disfrutar, volvemos al lugar de donde partimos. A esta estepa donde el sol todo lo arrasa y el viento todo lo extingue. La tarea que tenemos por delante es larga, dura, inmensa. Pero es nuestra tierra y vamos a defenderla, porque es la tierra en la que viven nuestras gentes y nosotros somos los responsables de nuestro futuro y del que tendrán nuestras hijas e hijos.

Francisco Javier López Martín

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