Dos jóvenes con el mismo nombre, el nombre de mi madre, Sara. Una estudia Derecho, la otra Políticas. Intervinieron en el Acto de apoyo a Garzón.
No es cierto que los jóvenes no tengan ideas. No es cierto que sus ideas no sean claras. Sara nació en democracia. Sólo por los libros ha podido conocer la dictadura. Ella se ha criado en libertad, confiada en la justicia y bajo el imperio de la ley.
Por eso valora el despropósito que supone que los herederos del golpe de Estado franquista contra la legalidad republicana, quieran volver a enterrar el terror, las violaciones de Derechos Humanos, la generación perdida, el exilio, el silencio o los latigazos del nacionalcatolicismo.
Valora la justicia, que no la venganza, la decencia frente al ultraje. La necesidad de dar satisfacción humanitaria a las víctimas del franquismo. Porque la amnesia no puede nunca convertirse en sucedáneo de la verdad.
Lo que está ocurriendo con Garzón, dice Sara, pone en cuestión el propio proceso de transición española, cuando el único procesado por los crímenes del franquismo es Garzón, mientras los criminales y sus cómplices gozan de impunidad.
Mientras Garzón está en el banquillo, los presuntos corruptos de la Gürtel ocupan escaños.
Mientras el alcalde de Seseña está en el banquillo, el Pocero se pasea por las calles. La impunidad por encima de la verdad, la justicia y la reparación.
Es necesario defender una justicia democrática. Es un derecho oponerse a la injusticia. Es un deber ciudadano organizar actos de apoyo a los jueces que defienden la democracia. Como es un deber agradecer y reconocer a aquellos jueces leales a la II República que sólo por serlo fueron represaliados, con exilio, cárcel o fusilamiento.
Eso dijeron dos jóvenes llamadas Sara, en el Acto de apoyo y homenaje a Garzón el 13 de Abril, en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, ante miles de asistentes. Hay una juventud demócrata.
Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid
El blog de Javier López Blog de CCOO de Madrid 
Sus dignísimas Señorías Magistrado del Consejo General del Poder Judicial y los Miembros del Tribunal Supremo, al admitir a tramite la querella contra el Juez Garzón, y mas tarde el magistrado del Supremo Luciano Varela, cuando decidió transformar las diligencias abiertas en un procedimiento abreviado, lo que supone pasar a la fase preparatoria del juicio oral, siempre que alguna de las partes personadas presente escrito de acusación contra Garzón.
No eran conscientes del gravísimo daño que estaban haciendo al estado de derecho. No se daban cuenta que era una verdadera aberración jurídico-técnica. No veían sus Señorías el enorme deterioro para la imagen de la Justicia española dentro de nuestro país e internacionalmente, que con su resolución estaban haciendo, al abrir una farsa jurídica.
La brutalidad de aceptar una querella por prevaricación contra el Juez Garzón, (presentado por el Sindicato Manos Limpias, Falange o Paquita la portera, con independencia de la ideología de los mismos), plantea una cuestión mucho más simple, pero a la vez más peligrosa. Que la elección de una de las tendencias Jurídicas cuando en la doctrina existen varias tendencias doctrinales, a la hora de observar un hecho, podrá estar equivocada o no, pero nunca será ser antijurídica, y por consiguiente no podrá ser prevaricadora.
Ahí radica la brutalidad de esta decisión, lo que lleva a la observancia por parte de los jueces y tribunales españoles a estar absolutamente maniatados, por una visión muy parcial de los hechos y causas juzgadas, al estar amenazados por el delito de prevaricación y a ser apartados de la carrera judicial.
Perdónales señor, que no saben lo que hacen. Si pensásemos que lo saben…sería aún más grave.
No pude estar físicamente en el acto de apoyo a Garzón, muy a mi pesar, pero las compañeras me contarón que fue muy emotivo,y desde luego ha sido un acto de solidaridad muy digno, que a la derecha más rancia, corrupta y con un tremendo ramalazo fascistoide le ha indignado, claificando el apoyo de los sindicatos de atentado a la democracia, pero que se habran pensado estos fachosos, será por lo que ellos han defendido la democracia. Espero y deseo que este clamor social que comienza en la Universidad Complutense corra como la pólvora por todas las universidades públicas. Gracias Sara.
Pues parece que intentan acogotarlo. Así que a defender la dignidad, la decencia y la democracia.